MEYEREl poder es una forma de organizar a la sociedad en beneficio de todos, pero en México la organización del poder político desde el principio se hizo en beneficio de unos cuantos y “ese sigue siendo nuestro problema”, porque el beneficio colectivo está al último, consideró el doctor Lorenzo Meyer Cossío.

El Doctor en Relaciones Internacionales, quien agradeció a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FDCS) de la BUAP, que haya puesto su nombre a la Cátedra Patrimonial de Política Mexicana, inició esta actividad académica con el Seminario “Genealogía del poder en México”, con un gran auditorio.

La génesis, dijo, empezó mal y por eso el poder político en México no es lo que debería ser. “Si damos un vistazo a los clásicos de lo que es el ejercicio de la política, veremos que era la mejor actividad a la que se debería dedicarse el ciudadano virtuoso, si hoy preguntamos a cualquier ciudadano lo que opina de la política y los políticos, parece que es la peor”.

Al hablar del México actual dijo que hay coyunturas históricas donde los países simplemente sobreviven y el gran proyecto de nación casi no se ve; “después del momento mágico que vivimos ante una transición política que se logró por la vía pacífica y pensamos que todo iría bien, pero el encanto se rompió y hoy no se ve muy claro el camino por donde va y en ello hay una gran responsabilidad de las élites políticas”.

En el auditorio del posgrado de la FDCS, ante un gran número de estudiantes y profesores, el especialista en Ciencia Política, hizo un recuento de la estructura de poder desde la época prehispánica, donde si bien los aztecas tenían un gran dominio, no controlaban todo el territorio. No era una nación y había muchos poderes locales, lo que facilitó la colonización.

Un grupo minoritario de españoles logró lo que pocas veces se ha visto en el mundo: ejercer una gran capacidad de poder sobre millones de personas y crear una estructura que duró 300 años.

Aclaró que la historiografía europea no ha sido justa con México, porque durante el tiempo que duró la Colonia, del territorio mexicano salió toda la plata que países del viejo continente necesitaron para desarrollarse y expandir su comercio sobre todo hacia los países asiáticos, pues China exigía plata como pago a productos como la porcelana.

El control se rompió con el movimiento de Independencia y mientras Estados Unidos lograba la unidad y empezaba su desarrollo industrial, México no encontró la forma de sustituir esta estructura e integrarse como nación y no logró avanzar al ritmo que lo hacían otros. Benito Juárez inició el proyecto de nación que continuó Porfirio Díaz quien con la red ferroviaria y el telégrafo tenía un control político sobre el territorio mexicano y manejaba según lo considerara conveniente los poderes locales, opinó Meyer Cossío.