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Es importante reconocer el contexto socioeconómico, demográfico y político de las organizaciones civiles en México, identificadas como el tercer sector debido a que son beneficiarias de una importante cantidad de recursos para programas sociales, afirmó Miriam Fonseca López, investigadora del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico (ICGDE) de la BUAP.
La especialista en sociología política, destacó que observar las características de las organizaciones civiles, permitirá reconocer hacia dónde el gobierno canaliza recursos sociales y si ello tiene impacto real en satisfacer necesidades sociales.
“Es importante porque las organizaciones inscritas en el padrón son las principales beneficiarias de programas federales y estatales, pero se trata de organizaciones que tienen una vida corta, que no están articuladas entre sí, lo que quiere decir que hay recursos públicos que se están destinando a actividades que no se sostienen en el tiempo, por ello es importante identificar con qué organizaciones el gobierno está trabajando y que son las que están registradas”.
La Socióloga cuya línea de investigación es la ciudadanía en México y el tercer sector y quien realiza un estudio donde revisa información de 10 años atrás, expuso que de acuerdo con el censo del INEGI en 2010 existían un numero de organizaciones en el país superior al del Registro Federal de Organizaciones de la Sociedad Civil de 12 mil OSC (Organizaciones de la Sociedad Civil), resultado de la falta de interés por registrarse y cubrir la serie de requisitos que implican recursos y estructuras formales de organización.
Indicó que en Puebla de los 217 municipios, sólo 36 por ciento tienen OSC formalmente registradas, encabezados por Puebla con 279, Tehuacán con 33 y Cholula con 30; sólo el 20 por ciento pertenecen a una red “es interesante observar cómo en una porción minoritaria de nuestros municipios hay organizaciones formalmente reconocidas y en el resto de municipios no”.
Fonseca López especificó que el tercer sector corresponde a un conjunto de asociaciones con fines sociales, que se organizan para conseguir objetivos concretos de los ciudadanos y articularse a procesos de cambio social de mayor alcance.
“Hay una gran variedad de organizaciones con distintas finalidades en este sector que van desde necesidades de colonos, campesinos, mujeres, derechos humanos; las organizaciones que han tratado de incidir en la democratización del país son las que más han durado, al igual que las de derechos humanos”.
En su estudio sobre el tercer sector, la socióloga señala que alrededor de la mitad de las organizaciones desaparecen en un año y ese mismo año aparecen nuevas organizaciones en el mismo número, lo que habla de su fragilidad y falta de organización.
“Aparecen con objetivos concretos como pavimentar una calle, introducir agua potable a una colonia, atender a personas vulnerables, el problema es que se crean con recursos propios, ello habla de su precariedad frente al objetivo que se plantean, lo que hace que al cumplir su objetivo desaparezcan”, señaló.
Expresó que su interés es conocer las circunstancias en que aparecen, en muchas ocasiones frente a necesidades que requieren de respuesta inmediata, y reconoció que un alto número evita el proceso de formalización y opta por otras vías para obtener recursos, incluso algunas se convierten en organizaciones satélite de partidos políticos, creadas ex profeso por éstos para hacerse de clientelas políticas.
La investigadora del ICGDE concluyó que pesar de que ya existe una estructura, reglamentación e instancias donde las organizaciones pueden tener información para constituirse como asociaciones, el Estado tendría que orientar sus esfuerzos para lograr que las organizaciones de la sociedad civil tengan efectivamente una incidencia en la vida pública haciendo que su presencia en diversas instancias públicas sea vinculante.
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