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Las enfermedades priónicas, si bien son un padecimiento neurodegenerativo del cerebro poco común, tienen una amplia relación con enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson, afirmó Claudio Soto, investigador del Departamento de Neurología de la Universidad de Texas, Estados Unidos.
Al concluir su participación en el Primer Congreso Latinoamericano de Enfermedades Priónicas, en el Auditorio Julio Glockner de la BUAP, donde el especialista en enfermedades neurodegenerativas presentó su investigación acerca de la generación de priones in vitro, destacó los alcances de la misma:
“Es importante la demostración de que una proteína es el agente infeccioso en las enfermedades priónicas, con un proceso de expansión semejante a enfermedades comunes como el Parkinson o el Alzheimer; hay evidencia experimental que muestra que esas enfermedades se pueden transmitir al igual que los priones”.
El doctor Soto especificó que las enfermedades priónicas son mortales, pues una vez que la persona presenta los primeros síntomas, la enfermedad progresa tan dramáticamente que ya se perdieron las habilidades cognitivas, motoras y una vez diagnosticada el individuo muere en menos de cinco meses.
Tras dar a conocer que el grupo de investigación de la Universidad de Texas trabaja en algunas propuestas para tratamientos, reconoció que existe una ausencia de empresas que pudieran apoyar estudios clínicos, debido a que son muy costosos.
Será muy difícil tener apoyo para el desarrollo de tratamientos, dijo, “el problema es que las enfermedades de priones son poco comunes, entonces las grandes empresas farmacéuticas no han sentido la motivación económica de invertir en desarrollo de terapia”.
Sin embargo comentó que su asociación con enfermedades como el Parkinson o Alzheimer, para las que existe mucho interés en el descubrimiento de terapias, podría ayudar debido a que los compuestos que se usen para atacar este tipo de mecanismos de propagación, pudieran ser utilizados en la enfermedad de los priones.
Reconoció que cuando aparecieron nuevos casos en Inglaterra de esta enfermedad asociada al consumo de vacas, se llegó a pensar en un número alto de casos de una enfermedad letal, pero últimamente el interés ha disminuido, aunque aún no está descartado dicho padecimiento.
“Mi intuición personal es que no está descartado que vaya a haber una epidemia en 10 o 20 años y es posible también que no hubiese más casos; pero no invertir pensando que no va a haber nada, es jugar con fuego “, consideró.
El Investigador insistió en que tiene sentido invertir en enfermedades de los priones sobre todo porque tienen aspectos comunes con enfermedades neurodegenerativas importantes como Alzheimer o Parkinson, y de lograr resultados en el área de priones, éstos se podrían extrapolar a tales enfermedades.
Mencionó que, desde el punto de vista científico, es fascinante observar que una proteína sola se comporta como un ser viviente, que puede multiplicarse, pasar de una persona a otra, de un animal a otro y generar una diversidad de enfermedades con solo un cambio en nivel de la forma de la proteína.
“Yo trabajo en Diabetes, un padecimiento aún más común que tiene el mismo proceso de propagación y multiplicación y si lo que he aprendido en priones se puede extrapolar a estas enfermedades, y utilizarlo para producir nuevos tratamientos, será un gran descubrimiento”, concluyó.
Los trabajos del Primer Congreso Latinoamericano de Enfermedades Priónicas, organizado por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia en colaboración con la Facultad de Medicina de la BUAP, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias y la UNAM, continúan en el auditorio Julio Glockner hasta este 27 de enero.
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