andres-roemerExpusieron los asistentes razones de temas como la ira, la mentira, la envidia, belleza, desamor, hipocresía y celos

A las 11 horas con 11 minutos del 11 de noviembre de 2011, Andrés Roemer, el curador de La Ciudad de las Ideas, anunció una idea de suerte: realizó un sorteo

A las 11 horas con 11 minutos del 11 de noviembre de 2011, Andrés Roemer, el curador de La Ciudad de las Ideas, anunció una idea de suerte: realizó un sorteo para que once personas del auditorio obtuvieran cada una un boleto para concursar por un millón de euros. Pero no terminó ahí. Pidió que buscaran debajo de su asiento a ver quienes habían ganado once relojes, once libros y tres motocicletas.

 

Así, entre este tipo de sorpresas transcurrió el segundo día de este encuentro, el de las mentes más brillantes, al que concurrieron artistas, matemáticos, economistas y otro tipo de pensadores.

Siete de ellos expusieron en once minutos, algunos más y otros menos, las razones de temas como la ira, la mentira, la envidia, belleza, desamor, hipocresía y celos.

Once minutos transcurrieron para que David Livingstone explicara el fenómeno de la mentira, a partir del racismo y la forma como uno grupo humano demuestra mediante falsedades, que otro tiene menos valor. Expuso que la tendencia común para desarrollar esto, es interpretar las cosas no como son, sino como parecen.

En los siguientes once minutos, Joseph Epstein explicó que la envidia es quizá el más antiguo de los pecados capitales, y fue protagonizado por Caín y Abel. Surge a partir de la pregunta ¿porqué ellos sí y yo no? La envidia, dijo, es favorecida por el capitalismo, pero también por el socialismo; es obstinada y opuesta a la investigación y se lleva como una carga de vergüenza que no podemos admitir ni nosotros mismos.

Un video de ocho minutos, demostró la risa: un hombre ríe en el metro y contagia a todos, y cuando lo logra, cambia de tren  y hace lo mismo en otro vagón. Todos creen que él reía de una circunstancia distinta a lo que tuviera que ver con ellos mismos.

Mario Alonso Puig recomendó que para abandonar la apatía, es necesario utilizar un mecanismo poco estudiado: desaprender. Dijo que los cinco aspectos del ser humano son el físico, psicológico, emocional, social y espiritual y la apatía surge de la ignorancia, la falta de reflexión, el miedo a cometer errores, la  pereza y la incapacidad aprendida.

Recomendó encontrar una palanca emocional, para que uno diga ¡Está en mí, yo puedo, vaya que si puedo!

El español Eduard Punset hizo notar que la belleza es la ausencia de dolor, de la misma manera que la felicidad es la ausencia del miedo, por lo que es mejor vivir con alguien que solo, lo cual constituye una razón para dejar el desamor.

Sobre la hipocresía, Robert Kurzban sostuvo que todos la tenemos en diferente intensidad, pero en general la razón de ella hipocresía es la inteligencia para evitar que se nos señale. Identificamos las inconsistencias de los demás, pero no las nuestras.

Y finalmente,  David Buss, acerca del tema de los celos, expuso que a veces son necesarios, porque constituyen una guardia contra la infidelidad. Los explicó como una paradoja y recordó la frase que en su momento dijo O.J. Simpson: “Por un momento digamos que asesiné a mi esposa, eso demostraría que lo hice porque la amaba mucho”

En la primera parte del encuentro, Morgan Spurlock el famoso autor de la cinta Supersizeme, explicó las recomendaciones de su madre para crear esa y otras ideas.

Steve Levitt planteó un ingenioso sistema de aprendizaje, que lo llevó a ganar un premio nacional en Estados Unidos, que perdió ante otros a nivel mundial, aunque, según dijo, al francés lo dejó en la lona.

Joshua Foer habló de lo odiado que pueden ser los economistas a partir de ideas como alcanzar algo con el menor costo, pero dio varias ideas sobre cómo combatir el calentamiento global con el menor costo. Una de ellas, la que más le convence, es crear nubes en los mares, para que generen un efecto reflejo que disminuya la temperatura.

David Eagleman habló de encontrar las herramientas científicas para comprobarlo todo y evitar una vida llena de dogmas.