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La creencia en Santa Claus y Reyes Magos es un hecho cultural que se ha dado de generación en generación, pero actualmente, respecto a hace 10 años en la clase media o baja, los niños de entre 5 y 6 años están ya conscientes de que son sus padres quienes les realizan los regalos, comentó el psicólogo Vicente Andrés Martínez Valdés, Académico de la Facultad de Psicología de la BUAP.
Al contrario de los padres que tienen más poder adquisitivo y con ello siguen conservando en sus hijos dicha tradición, "la gente de escasos recursos se siente agobiada ante la imposibilidad de dar o recibir un regalo y con ello el contento por las fiestas decembrinas desaparece más rápido".
Dijo que para el niño, "el saber que alguien te va a regalar algo, y más si es lo que pediste, es una gran ilusión, sin embargo es a partir de sus 8 ó 10 años que empieza a darse cuenta de la verdad, si no es por curiosidad propia, es porque algún compañero de la escuela, que no haya recibido regalo o que ya sepa que son sus papás quienes compran los obsequios, lo platica".
Entonces por más que papá y mamá traten de disfrazar la situación, "en poco tiempo los niños sabrán lo que ocurre; por eso, en teoría sería mejor que explicaran a los hijos la existencia de santa y el respeto a las demás creencias, en esto tendrá que intervenir la experiencia de los propios padres, valores, culturas y tradiciones".
"Los niños lo toman como va porque de todas formas reciben algo; lo traumático sería que al tiempo de saber que no existe santa no recibiesen nada; de todas formas, a partir de ahí, el presente comienza a disminuir en magnitud, a veces ya ni se tiene la posibilidad de escogerlo y en algunas familias se practica el intercambio con lo que se sustituye Santa Claus en algunos hogares" expresó el académico.
Pero insistió, "no es malo que fomenten estas creencias, es algo que heredamos; de alguna manera son de esas mentiras piadosas que alimentan el espíritu de los niños. Y si no creen en santa ni en los Reyes Magos, creen en otras cosas, como en que su muñeco cobra vida, porque los niños son así: imaginativos".
Aunque, por otra parte, a veces en las cartas a santa influyen los padres, "diciendo por ejemplo que se moderen con las peticiones o cuestionándolos sobre su comportamiento en el año; los papás no hacen esto por malvados, es más bien por la cuestión económica".
Estas condiciones hacia los hijos no son malas ni buenas, se trata más bien de compensadores positivos o negativos que van formando la conducta del infante en su desarrollo, "malo es cuando alguien que se porte mal aun así reciba regalos, esto fomentará su conducta negativa" agregó.
Respecto a los regalos, "los niños creen que lo que anuncian en la televisión es para todos, no hay una señal de advertencia que diga que ciertos artículos son sólo para la clase burguesa, por eso existe la piratería, para los papás que no tienen dinero", enfatizó Martínez Valdés.
Además "hoy en día los juguetes parecen jugar solos, los papás deberían comprarles a sus hijos regalos para construir, porque está demostrado que los mecanos, o cosas para armar, fomentan la imaginación y desarrollan la inteligencia", finalizó.
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