El número de niños quemados que ingresa al Hospital Universitario se duplica durante el mes de diciembre, por ello es importante extremar medidas de prevención y evitar la quema de cohetes durante esta temporada, recomendó Yaneth Martínez Tovilla, Pediatra y Jefa de Enseñanza e Investigación del HUP.

Señaló que si de enero a agosto se reciben en promedio un 35 por ciento de quemados, en la temporada decembrina, el número de ingresos aumenta hasta en un 70 por ciento y muchos de éstos reportan quemaduras severas e incluso la pérdida de miembros del cuerpo como dedos, brazos o piernas.

Por lo anterior recomendó a los padres y adultos en general, a evitar la quema de cohetes, a no dejar velas, series de luces o árboles de navidad encendidos, a extremar cuidados con calefactores, fogatas, así como en la ubicación de materiales de combustión (hule, lociones, espumas o ropa), que provocan quemaduras por inhalación en los niños.

Informó que una de las quemaduras más frecuentes es por inhalación, tan sólo en el Hospital Universitario, el 10 por ciento de niños que ingresan presentan quemaduras de ese tipo, además de estado de gravedad, situación que a pesar de los avances tecnológicos, representa un alto costo para las unidades de cuidados intensivos y severos daños para los menores que pueden ser irreversibles.

Advirtió que si es largo el tiempo de llegada al hospital y en el trayecto no se le practica al paciente una ventilación mecánica, las condiciones de falta de oxigenación pueden llegar a afectar todos los órganos, pero principalmente al cerebro, provocando retrasos severos y la complicación más grave que es la muerte.

Dijo que las secuelas que dejan las quemaduras por inhalación pueden ser enfermedad pulmonar crónica, pacientes con poca oxigenación, fatiga frecuente y la imposibilidad de realizar las actividades normales de un niño, además de secuelas psicológicas, por haber estado en una unidad de cuidados intensivos.

Martínez Tovilla, señaló que hay signos de sospecha de este tipo de quemadura cuando se detecta en la mucosa de las mejillas, la lengua, las pestañas y cejas; pero los signos de certeza son dificultad para respirar y complicación para pasar el aire y sacar flemas con carbón.

La investigadora señaló que de acuerdo al estudio realizado, la mortalidad por inhalación en niños alcanza hasta un 65 por ciento, lo que se evitaría con la prevención, no dejándolos cerca de agua caliente, de estufas con sopas, caldos café, en esta época con árboles de navidad prendidos y todo lo que les pudiera quemar, pues en tanto no se prevenga, se seguirán presentando situaciones que lamentar.