MÚSICALa música evoca y construye diversos mundos de experiencia como el terror, misterio, humor e individualidad, además de transformar el contexto, ya que entra en el cerebro y en el corazón, afirmó la doctora Catherine Héau Lambert, investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Al impartir la conferencia magistral del Primer Coloquio de Etnomusicología: Música, cultura y sociedad, que organiza el Colegio de Antropología Social de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, expresó que su consumo social debe de analizarse desde varios ámbitos: social, de género, edad y geografía, ya que las experiencias fungen como filtro de su recepción.
Explicó que desde fines del siglo XX y principios de éste, la sociología se ha orientado a analizar diversos procesos de interacción hacia la música, la subjetividad del escucha y las industrias culturales.
“No se trata de entender qué es un evento musical, sino cómo se vive. El fenómeno musical transita por las emociones, pero éste es otorgado por una significación particular según las experiencias de cada individuo”, explicó.
En su ponencia Las músicas populares como herramientas para el análisis social, indicó que anteriormente la música popular se consideró “como un acto de resistencia y un espejo de la realidad social, sin tomar en consideración las voces de los individuos involucrados en la apropiación y creación de estos contextos”.
Actualmente la música popular urbana masiva ha dejado de ser analizada como práctica cultural de resistencia colectiva, “para estudiarse como un conglomerado de gustos y emociones vinculados con los medios de comunicación e industrias culturales, pero salvaguardando la libre creatividad que el consumidor escucha”.
Héau Lambert señaló que la música no es de libre acceso porque es controlada por las empresas transnacionales, quienes deciden qué se debe escuchar. De esta manera, los conceptos de música folklórica se catalogan como géneros inferiores, considerados incluso en peligro de extinción.
La académica finalizó que a pesar de lo anterior, cada individuo escucha a su manera un fenómeno musical, aunque esté presente en una colectividad, y dé una interpretación propia con base en su experiencia.