Cuando los padres noten cambios en la conducta habitual de sus hijos, que de pronto están muy tristes y en determinados días están demasiado eufóricos, deben prender los focos de alerta, porque algo está pasando, advirtió el Doctor Juan Manuel Álvarez López, Jefe del Laboratorio de Microbiología de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP.

"Esta ida y vuelta en el ánimo, puede significar que están consumiendo algún tipo de droga, entre las que se encuentran las bebidas energizantes, que adicionadas con alcohol tienen efectos mucho más potentes, que pueden causar dependencia".

El Especialista explicó que a esas bebidas se les integran compuestos químicos como: L carnitina, cafeína y hasta extracto de ginseng; si estos productos están juntos generan reacciones euforizantes, que mezclados con alcohol potencializan la reacción.

Su efecto es mucho más poderoso en aquellas personas en las que el Sistema Nervioso Central está todavía en proceso de maduración, como es el caso de los adolescentes y niños.

"Empiezan por una dependencia psicológica -ya que asocian el sentirse bien con lo que están bebiendo-, que posteriormente se vuelve física; inician primero con un vaso, después son dos y en una tolerancia a las sustancias van consumiendo cada vez más, hasta que requieren de algo fuerte para sentirse bien", dijo.

Consideró muy importante que los padres tengan una comunicación constante con sus hijos, que platiquen mucho con ellos, porque de esta forma se darán cuenta si están en riesgo.

Al comentar sobre las llamadas "aguas locas", que se venden de manera clandestina, señaló que sería importante analizar su contenido para determinar hasta donde pueden afectar a quienes las consumen.

La euforia tan desmedida que provocan este tipo de bebidas, hace que el Sistema Nervioso Central -por las descargas eléctricas múltiples que se están generando-, como una reacción natural del organismo se desconecte y sobrevenga el desmayo, de ahí que se encuentren a los jóvenes tirados en las calles.

Por otra parte, sobre las bebidas energizantes que se venden en las tiendas sin ningún control, el Investigador advirtió sobre las repercusiones de un consumo excesivo, sobre todo en algunas de éstas que están prohibidas en países del Primer Mundo, en otros no se venden a menores de edad y quien puede adquirirlas sólo pueden comprar una botella.