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“Testimonios de un jesuita poblano en el amargo camino del destierro: Antonio López de Priego (1730-1802)” no es sólo el relato vivo de lo que miembros de la Compañía de Jesús sufrieron durante su destierro, sino también la mirada crítica y defensa del México colonial ante los prejuicios eur opeos.
Durante la presentación de este libro, que en su contenido tiene el facsimilar de la obra manuscrita del jesuita originario de Amozoc, Puebla, Antonio López de Priego, los doctores Brian Connaughton y Antonio Rubial García, reconocieron el valor histórico que tiene esta obra del siglo XVIII, una época que no ha sido analizada y estudiada de acuerdo a su importancia.
El doctor en Filosofía y en Historia, Antonio Rubial García, habló del contexto histórico que dio pie a la expulsión de los miembros de la Compañía de Jesús de los territorios monárquicos de América y Filipinas, que siguieron a las sucedidas en Francia y Portugal.
Recordó que los jesuitas habían alcanzado un gran prestigio no sólo en las labores de evangelización, sino también en las ciencias (fueron los primeros que levantaron planos de los territorios de la Nueva España) y en la educación donde crearon un número importante de colegios, entre ellos el del Espíritu Santo (donde tiene sus orígenes la BUAP).
La Compañía de Jesús era compleja y tenía una conciencia corporativa que decidió obedecer las órdenes del Papa y no de la monarquía, que decidía sobre el clero secular, situación que enojó a los reyes y Carlos III ordenó la expulsión de 678 jesuitas de la Nueva España.
Antonio López de Priego, quien salió por el puerto de Veracruz junto 28 jesuitas más, algunos sin ordenar aún, relata cómo a su paso fueron recibiendo las condolencias de los habitantes, cómo se embarcaron con sólo lo puesto y sus libros. De lo que significó la espera para embarcarse, de la gente que se condolía de ellos y les daba de comer, de una travesía con hambre y malos tratos.
De esta forma, comentó el profesor investigador de la UNAM, llegaron a Cádiz, Génova, de donde salieron nuevamente para llegar a los estados pontificios y alojarse en Bolonia; ahí el religioso llegó en 1769 y años después decidió escribir sus experiencias y enviárselas clandestinamente a su hermana que se encontraba en un convento de la Nueva España.
Es una historia amena, donde los relatos plasmados por el autor en cinco manuscritos, que se encuentran en diversos depositorios, entre ellos la biblioteca José María Lafragua de la BUAP, presenta también una mirada crítica de la situación que se vivía en Bolonia y la Nueva España, señaló el doctor Brian Connaughton, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolita, durante sus comentarios.
Con un buen humor defendía al México del siglo XVIII ante los prejuicios europeos y da muestra de un nacionalismo, donde empezó a utilizar la palabra mexicano. Es un texto de una época poco comprendida y estudiada, que se puede disfrutar de principio a fin: Una obra escrita con humor y sin rencor, aseguró el Doctor en Estudios Latinoamericanos.
El libro, que fue editado por la BUAP en coordinación con Trama editorial y Edición y Cultura, que se presentó en la sala de lectura de la Biblioteca, además del facsimilar contiene un estudio introductorio y la trascripción paleográfica de la candidata a doctor en historia, María del Carmen Aguilar Guzmán.
La Académica quien también se encargo de contextualizar la historia del manuscrito, resaltó la importancia que tiene el rescatar textos de esta naturaleza para que el común de las personas pueda conocerlos y agradeció la participación de especialistas de la Biblioteca Lafragua y otras dependencias universitarias en esta tarea.
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