Hipólito Contreras

A  menos de 26 días de la elección federal, para el sector rural no será tan  difícil decidir el voto. En realidad, no existe mucho de dónde escoger, pero tendrán que decidirse  por una de las opciones, dando por descontado que  los actores rurales no votarán por quienes  los han olvidado y los tienen en la más profunda crisis.

De las dos opciones que quedan ninguna se aparta  del acostumbrado modelo de gobierno, ninguno dice no al libre mercado. Los  dos grupos   políticos que se disputan el poder, las coaliciones  PRI-PVEN ; PAN, PRD-PT-MC ( el  segundo es el causante del desorden) son defensores del libre mercado aun cuando hablan idiomas un tanto diferentes sobre lo que proponen, no se apartan la libertad económica en que se mueve el país: monopolios, grandes empresas, cadenas de tiendas departamentales, basura televisiva,   cadenas de radio dedicadas a la venta de espacios, grandes negocios privados a través de la educación, libre contratación de trabajadores con las condiciones que imponen los patrones,  Crecimiento anárquico de las ciudades y especulación de la tierra,  control  desindicatos, control del dinero por un grupo de grandes empresarios, control de la banca por  grupos  internacionales, cadenas de hospitales  privados que lucran con la salud, destrucción de recursos naturales con fines comerciales, control de monopolios de la comercialización de productos  agropecuarios,  etc.

 

En sus campañas los dos grupos de partidos afirman que harán mil cosas  para mejorar la calidad de vida de  la población,  los  diseñadores de imagen y mercadotecnia lanzan al aire miles de mensajes con el  fin de atrapar a los ciudadanos, sin embargo, ninguno se aparta del libre mercado.

De todo ofrecen los dos grupos  políticos pero no tocan a los que detentan la riqueza nacional,  no tocan a los dos  monopolios televisivos y a las cadenas radiofónicas, no  tocan a quienes  se apoderaron del mercado con su grandes tiendas,  no tocan la nueva forma de contratos laborales por seis meses y sin derecho a nada, no tocan  a lo falsos  líderes sindicales que se han enriquecido, no tocan  a nadie, así de nada sirve que prometan cambios, si lo que tienen que cambiar no lo hacen.

Por   eso digo que los actores rurales no tienen de dónde escoger. Si se van por el tricolor regresará un grupo a gobernar con el mismo estilo. Si se deciden por la otra coalición, quizás  se den  otros cambios, pero  no se tocará a los dueños del país.

El  líder de las llamadas izquierdas es arropado por muchos empresarios que  no ven en  él  un peligro para sus capitales, además para ellos cambiar  de partido será sano, sobre todo sabiendo  que  su dinero estará seguro y hasta es posible que les vaya  mejor en cuanto a seguridad porque  se cambiará la estrategia  en el combate a la delincuencia organizada.

Sin embargo, y pese a que  las dos fuerzas  son defensoras del libre mercado, es probable que en las comunidades del país, prenda más  o sea más atractivo apoyar al líder de las izquierdas, sobre  todo  por  todo lo sucedido en las marchas de los  jóvenes y  los errores en que  ha incurrido el candidato del PRI.

El candidato priista ha acumulado muchos errores, no ha salido bien librado  en los encuentros en las  universidades, a estas alturas se ha creado todo un movimiento  de jóvenes de rechazo al candidato priísta, esto se parece al movimiento de los Indignaos en Europa, o al movimiento del  68.

López Obrador ha cometido menos  fallas, llena las plazas, cada vez  se le suman más seguidores, hoy contrario al  2006, recibe menos campaña negra, hoy  no es  un peligro para  México, la  única  crítica es la que viene de los candidatos de la derecha  que lo llaman populista, o del escritor Javier Cicilia quien lo llamó mesiánico e intolerante, aunque aquí lo dijo alguien que fue víctima de la  violencia de la que  López Obrador  no forma parte.

Para los productores del campo les late mejor ver a un López Obrador conduciendo el país con todo un proyecto nacional, del que se desprende un apartado especial para el campo.

En fin, la moneda está en el aire. Para  López Obrador ya no habrá otra elección, esta  será  la segunda y la última, Peña Nieto parece tener más tiempo, pero también  muy difícilmente será candidato otra vez, en  el 2018 serán otras las condiciones del país.

Lo es cierto, es que viéndolo con lógica,  la derecha será borrada  políticamente, a menos  que se dé una imposición de Vázquez Mota, lo que representaría  jugar con fuego. Es muy difícil  que en el sector rural y en todos los sectores la vean como opción, al saber que será continuadora de  la actual  política causante de la situación que impera.