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Malaquías López Cervantes, de la Facultad de Medicina de la UNAM explicó que las condiciones de la población son radicalmente distintas a las de 2009; “entonces el A-H1N1 era totalmente nuevo y todos éramos susceptibles de contagiarnos”.
Actualmente, una gran proporción de personas entran en contacto con el virus y no presentan el contagio o la enfermedad clínica. De infectarse, padecen cuadros menos intensos de los registrados hace dos años, estableció.
“Una fracción de la población muestra síntomas clínicos. En un pequeño margen, tienen cuadros realmente graves y la mortalidad no supera el uno por ciento de los casos”, explicó.
López Cervantes insistió que ante el brote usual es necesario mantener la calma y observar las medidas preventivas: lavarse las manos, cubrirse la boca con la parte interna del brazo, evitar tocarse ojos, nariz y boca, y no salir de casa si se presentan síntomas de la enfermedad.
El investigador nivel III del SNI, explicó que la vacuna que se aplica a la población está compuesta por los virus A-H1N1, A-H3N2, e influenza B, aunque no es totalmente perfecta por las mutaciones menores que pueden presentar los organismos infecciosos.
“Alguien puede ser inoculado y presentar la enfermedad, aunque en una modalidad menos severa, o evitarla por completo. Además de niños, adultos mayores y mujeres embarazadas, quien lo considere necesario, puede requerirla”, afirmó.
Inmunidad: Para detectar el A-H1N1 se toma un exudado de la nariz, que tiene que realizarse en la etapa en que el paciente libera el virus.
Respecto a las pruebas rápidas, consideró que son poco confiables, pues no están diseñadas para ser comprendidas por cualquier persona. Después de los brotes registrados en 2009, se decidió no aplicarlas, pues por sus características técnicas podrían causar alarma y confusión entre la población, además de que a largo plazo son costosas, puntualizó el integrante de Academia Nacional de Medicina.
El epidemiólogo informó que en otros países se ha incrementado el número de infecciones por A-H3N2, incluso con datos de una gran mutación. Los artículos especializados que abordan este fenómeno, publicados en Estados Unidos, indican que el contagio se mantiene entre las personas que tienen cercanía con ganado porcino, y la transmisión entre humanos es limitada.
“Seguramente la variante estará incluida en la próxima vacuna, que se distribuirá a finales de 2012. Como ya la conocemos, al formular el compuesto, se integrará este antígeno para que podamos desarrollar inmunidad contra el virus”, estableció.
El epidemiólogo explicó que los virus se modifican constantemente. Lo relevante, dijo, son las mutaciones mayores, que afectan la respuesta inmunológica. Mientras sea estable, la inmunidad adquirida gracias a la vacuna o por haber padecido la enfermedad en el pasado, evitará el contagio o un cuadro severo, acotó.
A nivel mundial no existe información publicada acerca de la mutación del A-H1N1. Ha tenido cambios mínimos en su composición genética, que parecen no conferirle capacidad para provocar una gran epidemia en estos momentos, finalizó.
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