disemina2La enorme diversidad de climas y territorios de nuestro país favorece la producción agropecuaria y pesquera: México genera 800 productos para consumo humano, uso pecuario o industrial, la mayor parte de los cuales se ha llegado a exportar a 123 países.

A diferencia de otras naciones, la privilegiada condición geográfica de la nuestra permite la existencia de tres ciclos productivos durante el año, de ahí que exista una disponibilidad de alimentos agrícolas de más de 2 mil kilos por habitante en promedio anual. Un año agrícola equivale a 18 meses en el caso de los llamados cultivos cíclicos, de cultivo y cosecha en el otoño-invierno y en primavera-verano. Así mismo, los cultivos perennes presentan cosecha y siembra a lo largo del año calendario.

 

En México la estacionalidad de legumbres y hortalizas muestra que marzo y abril son los periodos en los cuales existe más variedad de producción. La calabacita, la cebolla, el chayote, chile, jitomate, nopales, chícharo y papa se cosechan en el intervalo de estos periodos.

Las frutas como la naranja, el limón, la piña, el plátano y el aguacate tienen un periodo largo de producción, por ello se encuentran con mayor frecuencia en los hogares mexicanos, en comparación con la uva y el melón, que tienen una fase de estacionalidad corta de tres meses cada uno.

Entre los granos, el maíz y el trigo se producen durante todo el año; junto con el frijol, cuyo ciclo productivo abarca los meses de enero a junio y de agosto a diciembre, conforman los tres cultivos básicos en nuestra dieta cotidiana, que por su abundancia y calidad convierten a nuestro país en el cuarto productor mundial de maíz y sexto de frijol

Ante tal riqueza y condiciones para la generación de bienes agroalimentarios, los productores mexicanos tienen un área de oportunidad importante para la comercialización de sus productos en países con ciclos productivos diferentes, que no los poseen o que producen con altos costos. Incluso a nivel doméstico, conocer las fechas de siembra, cosecha y distribución de los alimentos puede representar un importante ahorro en la economía familiar.