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- Categoría: AGRARIAS
La producción de frutales exóticos es un mercado potencialmente rentable que se encuentra en expansión y que se desarrolla principalmente en ciertas regiones del país cuyas condiciones agroclimáticas propician este tipo de explotación. En 2011, la producción de frutas no tradicionales alcanzó un volumen de 750 mil 146 toneladas que se obtuvo sobre una superficie de 87 mil 130 hectáreas. El Estado de México, Zacatecas y Michoacán concentran más de la mitad de la producción (58%) de frutales exóticos.
De acuerdo con la agrupación de productos no tradicionales donde se ubican las frutas exóticas*, de 2007 a la fecha, los cultivos que han presentado una mayor tasa de crecimiento media anual son el rambután (37.2%), el maracuyá (23.6%), el capulín (10.8%) y el carambolo (9.6%).
El valor de los frutos exóticos en 2011 fue de dos mil 943 millones de pesos, el equivalente a todos los impuestos que Puebla espera recaudar en 2013; la contribución de la guayaba y la tuna representa tres cuartas partes del total; en importancia siguen el litchi (8.5%), el tamarindo (7.3%), el mamey (2.5%) y la pitahaya (2.1%)
Las entidades predominantes en la producción de frutas exóticas son Campeche (chico zapote), Colima (tamarindo), Chiapas (rambután), Estado de México (tuna), Michoacán (guayaba), Morelos (carambolo), Nayarit (jaca), Puebla (capulín), Sonora (persimonio), Veracruz (maracuyá y litchi) y Yucatán (mamey).
La diversidad de climas y suelos de nuestro país permite la exploración de un sinfín de cultivos que no solamente son apreciados en esta tierra sino que cada vez son más demandados en el contexto global, lo cual representa una oportunidad de negocios para los productores mexicanos.
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