APRENDERJulieta Hernández Jáuregui Galván

Nuestra llegada al mundo no fue solo para vivir, crecer, crear, multiplicarnos y morir. Fue también para APRENDER cómo recorrer los caminos que se tienen que emprender, y conocer la zona más complicada… Yo mismo.

Cuánto trabajo por realizar que no se tiene la mínima idea por dónde empezar. La mente no estaba abierta para poder razonar. Los sentidos no eran conscientes, solo estaban para funcionar.

 

El interminable libro del saber lo escribimos nosotros mismos, según vamos avanzando por el complicado laberinto de nuestro existir.

La importancia de documentarse, experimentar, enfrentar, evolucionar, actuar y trascender; forma parte de las grandes posibilidades, en el intento de lo mucho que siempre hay por APRENDER.

El aprendizaje de la vida, es la escuela terrenal para APRENDER y ser felices a través de todas las capacidades y dones naturales que el Ser Supremo nos regala continuamente con amor y misericordia infinita. Somos alumnos que nunca terminamos de estudiar, las miles de materias que en el día a día tenemos que repasar.

Existen impedimentos ante los cuales nos tenemos que enfrentar. Uno de ellos, quizás el más incontrolable es el miedo, que nos envuelve para no descubrir aquellas cosas que preferimos ignorar, por el gran compromiso que representan los retos.

Miedo al Amor, origen de nuestra creación. Miedo de no saber expresar lo que las palabras callan y pronuncia el corazón. El miedo es el manto que cubre las cosas bellas, dejando que pasen desapercibidas cuando tenían que ser conocidas.

El Amor es la esencia sin aroma que conoce cualquier idioma. Es la presencia sin silueta, que va dejando una huella, sin hacer ninguna grieta. Es el refugio del llanto, la risa, la poesía, la entrega del mismo ser, sin necesidad de ver. Es la llave que se lleva en el bolsillo, para abrir la puerta más hermética, y también aquella cerrada con muchos candados, que se encuentran oxidados.

El Amor comienza por uno mismo para poder amar a los demás. Amor es una decisión que lleva implícito el respeto propio, y respetar a los otros. Es la responsabilidad de decir con veracidad: Me amo y me respeto. Te amo y te respeto.

Miedo a la Luz que alumbra cada rincón donde las sombras invaden la calma. Donde no se puede vislumbrar el nuevo y soleado amanecer, cuando despunta el alba. Esa Luz que le indica al peregrino, la riqueza y la abundancia que existe en cada camino.

Es la Luz del faro eterno que llevas en tu fuero interno, para ver las cosas con más claridad, y despejar tu mente y tus sentidos para dar pasos más seguros. Luz de acierto en cada decisión, para APRENDER lo que la vida enseña en cada lección.

Donde no hay Luz, existe la oscuridad de lo malo, lo oculto y tendencioso. La avaricia del envidioso y la pobreza de espiritualidad del carente de autenticidad.

Miedo a la Verdad que nos hace libres de la esclavitud que deforma al ser humano, cuando esconde las manos, para no dar nada de sí mismo. Es la Verdad, quien reviste las vidas sinceras con el honor que merecen, al hacer a un lado las cosas que lo envilecen.

APRENDER, es tener la disposición de aceptar lo bueno y lo malo escrito en el pasado, y vivido en el presente. De los fracasos se aprende, de los éxitos se disfruta. De los supuestos se sueña, de las realidades se vive.

APRENDER, es ver dónde terminan las limitaciones y dónde comienzan los límites. Es saber distinguir el valor de lo valioso, y las carencias del envidioso. Es darse permiso de ser y conocerse a sí mismo, en el múltiple sentido de saber vivir… Dónde, cómo, con quien, cuando, porqué, para qué.

“… Me concedo a mi mismo el permiso de estar y ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar a que otro determine dónde yo debería estar, o con quien debería estar”.

(Jorge Bucay)

MUNDO… Te quiero por ser lo que eres, no quiero perderte por ser como soy…

EL MUNDO REQUIERE… APRENDER

Soy alumno de la vida y maestro de mis experiencias.

El error superado, tiene grado de doctorado.

Ser oficial de todo, es ser aprendiz de nada.

El premio del aprendizaje es poder ver el arcoíris… después de disfrutar la lluvia de la vida.

APRENDER es ver y creer.

Es decir y escuchar.

Es sentir y palpar.

Es perdonar y crecer.

Es intuir y saber, que todo lo que somos y podemos ser, tiene un tiempo y un espacio, un deseo y un momento… que no se puede detener.