La participación de 31 científicos de la BUAP, UNAM, IPN y Autónoma de Sinaloa en el experimento ALICE del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), del CERN, cuya misión es diseñar, construir y operar detectores para la experimentación de altas energías, revela el grado de madurez que ha alcanzado la investigación científica en las universidades públicas del país, con una delegación líder dentro de ése que es hoy el proyecto científico más importante en el mundo, en el cual colaboran científicos de 36 países.  
Con la misión especial de estudiar las condiciones del Universo temprano y la estructura fundamental de la materia, ALICE es uno de los cuatro grandes experimentos que conforman el Gran Colisionador de Hadrones, del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN, por sus siglas en francés), en el que colaboran 120 científicos de 36 países, entre éstos la delegación mexicana integrada por 31 investigadores, que provienen de universidades públicas: UNAM, Autónoma de Sinaloa, Cinvestav-IPN y BUAP. La Máxima Casa de Estudios de Puebla participa con el grupo más numeroso dentro de la delegación mexicana: los doctores Arturo Fernández Téllez, Mario Iván Martínez Hernández, Mario Rodríguez Cahuantzi, Guillermo Tejeda Muñoz; los estudiantes de posgrado Gibraham I. Nápoles Cañedo, Héctor Bello Martínez, Luis Alberto Pérez Moreno, Abraham Villatoro Tello; la estudiante de licenciatura Citlali Sosa Sánchez y Juan Manuel Grados Luyando, de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas; así como los doctores Sergio Vergara Limón y Aurora Vargas Treviño, de la Facultad de Ciencias de la Electrónica.
Junto con sus pares de la UNAM, el IPN y la Autónoma de Sinaloa, los investigadores de la BUAP son pioneros en la historia de la Física Experimental  en el país, al diseñar, construir y operar detectores para la experimentación de altas energías, una responsabilidad del más alto nivel encomendada al grupo de científicos mexicanos que colaboran en el experimento ALICE.
Asimismo, el liderazgo y prestigio alcanzados por el equipo mexicano dentro del Gran Colisionador de Hadrones, y en particular del experimento ALICE, los ha llevado a una nueva misión. Además de los detectores ACORDE, para rayos cósmicos, y VO, del sistema de disparo, hoy tienen la encomienda de diseñar, construir y operar un nuevo detector: el AD, que diagnosticará la calidad del acelerador para ser integrado al experimento ALICE, en el estudio de la física difractiva.
Justamente este posicionamiento dentro del LHC, del CERN, cuya sede es Ginebra, Suiza, hizo posible que por primera vez en la historia se llevara a cabo fuera del continente europeo la Semana de la Física del experimento ALICE (Alice Physics Week): del 27 de noviembre al primero de diciembre pasado, evento en el que se reunieron 120 científicos de 36 países en el Complejo Cultural Universitario, con el objetivo de congregar a todos los equipos de trabajo para la discusión de los análisis que cada uno desarrolla.
Los doctores Gerardo Herrera Corral, del Departamento de Física del Cinvestav-IPN y Arturo Fernández Téllez, de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP, hablan sobre la relevancia del grupo mexicano en el experimento ALICE:
“El hecho de que por primera vez haya tenido lugar la Semana de la Física del experimento ALICE fuera del continente europeo, y haya sido justamente su sede la BUAP, revela la importancia e impacto que tiene el grupo mexicano, pues nos hace visibles en la comunidad científica internacional y revela asimismo el nivel de madurez que ha alcanzado la investigación y la infraestructura científica en las universidades públicas de nuestro país”. 
En esta ocasión, durante la Alice Physics Week se presentaron los temas de investigación de los estudiantes de posgrado de la BUAP, entre éstos el estado de un análisis de rayos cósmicos que está próximo a culminar.
¿Qué busca el Gran Colisionador de Hadrones -la aventura científica más importante hoy en día- con la indagación del origen del Universo? Herrera Corral responde:
“En primer lugar, la curiosidad per se del conocimiento, pues si en algo nos diferenciamos los seres humanos de los animales es en nuestra visión de la naturaleza; en segundo lugar, esta investigación nos lleva necesariamente a desarrollar tecnología, y esto por sí mismo es importante; y en tercer lugar, este proyecto ya dio productos concretos, como los detectores de silicio, una tecnología especial, que se está probando para mostrar imágenes radiográficas en color, además de la web del Internet”.
En esta extraordinaria aventura científica participan investigadores de universidades públicas del país, lo que da cuenta del nivel de la ciencia en México y de la grandeza de estas instituciones al servicio de los mexicanos.