el-puma-buapY “El Puma” cantó como en sus años dorados, desafiando las casi siete décadas que surcan su rostro latino y descubren un sutil mechón blanco en la sien. La noche fría, sin lluvia,  fue cómplice d e casi dos horas de concierto en la explanada del Complejo Cultural Universitario de la BUAP, donde el cantante y actor venezolano cantó a los variados rostros del amor, para dejar sin aliento a las más de doce mil almas con la voz, casi un susurro Voy a conquistarte/ como lo hice un día/ con la mejor fantasía/ del mejor amante que soñar podrás…

 

Cobijados por un cielo sin estrellas y sin lluvia, las más de 12 mil personas -mujeres, esposos, hijos-  se permitieron soñar: por si volvieras, paso las noches en vela para besarte al llegar… pues José Luis Rodríguez, “El Puma”, entibió la noche fría con la balada latina, candente.

Como cada año, ocurrió el multitudinario evento para festejar a la Madre Universitaria, en ese gran escenario en el que hoy se ha convertido el Complejo Cultural Universitario. Antes, Enrique Guzmán, Alberto Vázquez, hoy “El Puma”, sobrenombre que adoptó tras protagonizar la telenovela venezolana “Una muchacha llamada Milagros”.

Y también como cada año, el Rector Enrique Agüera Ibáñez disfrutó del gran concierto, del romanticismo latino.

“Tengo un amigo que conocí hace poco…”, se escuchó la voz del cantante venezolano. Y la intuición femenina dejó escapar el nombre esperado. “Tengo un amigo que conocí hace poco y es un gran amigo. Agradezcamos al Rector Enrique Agüera porque por él estamos hoy aquí, en este gran concierto dedicado a las madres universitarias; agradezcámosle  por esta gran Universidad que él ha hecho…”

Hacia la mitad del concierto que comenzó  a las ocho de la noche el cantante de origen venezolano hizo una pausa, con música de fondo: “¿Saben lo que es la felicidad?, es un intervalo entre dos tristezas… la vida es muy corta,  disfrútenla. Este es un tiempo de ser feliz, transitar no detenerse, administrar, no poseer.  Que la vida es solo un soplo y el amor se va.

Un gran ramo de rosas rojas le fue entregado al divo venezolano, a quien las mujeres no dudaron en responder a grito, a coro, a aquella su pregunta de qué es la felicidad: “túuuuuuu,  túuuuuu… Con el ramo de botones de rosas rojas en la mano continuó, con música de fondo: “Con el único amor que yo pudiera comparar el amor de las madres es con el amor de Dios, la madre es única”.

Y las rosas, botones rojos, volaron por el escenario. Y los éxitos de “El Puma”,  con más de 40 discos como solista, volvieron a escucharse más allá de la explanada del CCU, tras las vallas y en los puentes que sirvieron para albergar a más fans del cantante venezolano nacido en 1943: “Por si volvieras”, “Culpable soy yo”, “Amante eterna, amante mía”, “Dulcemente amargo”, “Tendría que llorar por ti”, “Dueño de nada” y “Una golondrina no hace verano”, entre tantas, tantas melodías más.

Porque Tanto tiempo yéndome/ sin que tú nada me pidas/ tanto tiempo sola/ en los días más felices/ más queridos/ en la fechas que el cariño es tan preciso/ tú siempre sola/ amaaaante míaaa, eeeespera un poco más…

Para después susurrar Dime amor lo que se siente/ al sentirse tan amada…Dulcemente, dulcemente/ dulcemente amargo es este amor…

Intuir Por tu pecho quema un sueño/ que deseas conocer/ la experiencia de entregarte/ a alguien por primera vez…

Y reconocer No soy yo el que  hace crecer tu alegría/ y ocupa en tu vida un lugar especial/ no soy yo el que te hace soñar con la luna y ver en la lluvia gotas de cristal/ No soy yo ese a quien tú le dices mi dueño/ yo soy sólo un perro al que haces saltar/ y que buscas cuando sientes ganas/ de un hombre que te haga/ sentir de verdad…

Porque en la geografía del amor cabe todo. Y los miles, más de 12 mil, sentados, parados, en puentes y tras las vallas, no obstante la noche, fría, sin estrellas, se dejaron mecer bajo los influjos de la balada latina del cantante venezolano que alguna vez rindió tributo a Los Panchos con el álbum “Inovidable” y al gran José Alfredo Jiménez, quien como nadie supo reconocer el sentimiento de los mexicanos.