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SE PRESENTÓ EN LA ADUANA VIEJA EL DOCUMENTAL KATARSIS
El alcoholismo es una enfermedad a la que se le debe dar una gran importancia, para prevenirla y poner al alcance de quien la padece los servicios de salud y de apoyo para que pueda enfrentarla no sólo físicamente, sino también mentalmente, reconociéndose a sí mismo, señaló el cineasta español Iñaki Ibisate.
Invitado por el Instituto d e Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP, presentó en el auditorio de la Casa de la Aduana Vieja el documental Katarsis, que dijo, deja inconcluso el final con el fin de que los espectadores continúen con la reflexión que los actores de película, alcohólicos y especialistas en el tema, realizan.
Ante un público, en su mayoría joven, el cineasta asturiano, quien realizó el documental con el apoyo de la Universidad de Oviedo, España, resaltó la necesidad de que quienes padecen alcoholismo lleguen al autoconocimiento y la autorresponsabilidad para que puedan salir adelante.
La cinta, que los asistentes consideraron sería interesante difundir entre la población estudiantil, plantea distintos puntos de vista de especialistas en medicina, psicología y sociología, de alcohólicos o sus familiares, así como de miembros de organizaciones de apoyo como Alcohólicos Anónimos y Alanon, entre otros.
El alcohol, afirma Iñaki Ibisate, es un producto con el que la humanidad ha convivido por siglos, desde los griegos con el vino. El problema es el abuso en el consumo, sin embargo, si la persona se conoce a sí misma, sabrá si puede controlar su consumo lo que le permitirá beber poco o bien definitivamente no hacerlo.
Según los especialistas que participaron en la cinta, las bebidas alcohólicas no se van a terminar, porque son parte de una industria muy fructífera, lo que hace necesario aprender a convivir con ellas y consumirlas con moderación.
Resaltaron la necesidad de establecer políticas públicas que permitan apoyar a los alcohólicos no sólo con servicios sanitarios, sino también con organismos públicos o no gubernamentales que brinden un tratamiento adecuado al enfermo y a su familia.
Para quienes han sufrido las consecuencias de este mal, es más fácil aceptarla como enfermedad para que puedan enfrentarla sin culpa, por el daño hecho a sí mismo y a todas aquellas personas que forman parte de su entorno.
El alcoholismo es una enfermedad que puede tener orígenes externos, generalmente de índole social que se refleja en la presión que ejerce el grupo con el que se convive, o bien pueden ser internos, cuando la persona nace con una predisposición genética que le lleva a ser dependiente del alcohol.
Pusieron como ejemplo que hay personas que ingieren bebidas embriagantes para darse valor de hacer cosas que en sobriedad no se atreverían, sin ser alcohólicos, y otras a las que no les da miedo enfrentar las diversas situaciones de su vida, pero que sí son dependientes.
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