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SEGUNDA PARTE
De comprobar que en la Depresión de Wagner habría una fuente geotérmica, el hallazgo representaría otra alternativa energética accesible y barata para la nación, remarcó el geofísico.
Para ejemplificar la importancia de las plantas geotérmicas, detalló que la de Cerro Pietro, situada al sureste de Mexicali, produce 720 megawats de corriente eléctrica y sostuvo que la fuente geotérmica en investigación podría producir 10 veces más que aquella. Ciudades como el Distrito Federal consumen 120 megawats.
Otros sitios con yacimientos geotérmicos, en la misma falla, se ubican en Guaymas, Cabo San Lucas y Mazatlán. No obstante, precisó, las fuentes geotérmicas del primero y segundo sitios se encuentran a profundidades de entre mil 500 y 3 mil 500 metros, respectivamente, bajo el nivel del mar; mientras que en la Depresión de Wagner se localiza a sólo 180 metros de profundidad.
“La fuente de energía geotérmica en la Depresión de Wagner tiene una profundidad menor, lo cual resulta una gran ventaja, en virtud de que con la tecnología mexicana es factible erigir una plataforma que explote un yacimiento situado a 180 metros bajo el nivel del mar. De hecho, en el Golfo de México ya existen plataformas con mayor tirante de agua”, puntualizó.
Recursos humanos altamente especializados: Sin duda, uno de los mayores frutos de esta investigación es el entrenamiento de recursos humanos de muy alto nivel. En el último viaje al Golfo de California, en abril de 2011, participaron cinco estudiantes de Ingeniería Geofísica, tres mujeres y dos hombres, quienes intervinieron directamente en las observaciones, además de experimentar la travesía a bordo del buque del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada.
“Queremos que los alumnos tengan una aproximación práctica. Aquí en la Universidad hacen mediciones de geomagnetismo y sismología, pero mi idea es que se aproximen a la geotérmica marina, hacia la producción de energía en el mar, en las costas mexicanas, que al parecer son abundantes en este tipo de recursos”, enfatizó.
Por último, Nicolás Grijalva y Ortiz dijo que gracias a la colaboración entre la BUAP y el CICESE, nueve estudiantes de la Facultad realizan estudios de maestría en esa institución norteña. Agregó que se trabaja con dicho centro para lograr que la Máxima Casa de Estudios de Puebla abra su programa de posgrado en Geofísica.
PERFIL DEL INVESTIGADOR: Nicolás Grijalva y Ortiz:
Estudió la Licenciatura en Ingeniería Civil y Física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Obtuvo el Doctorado en Ciencias Naturales, Física y Geofísica en la Universidad de Hamburgo, Alemania en 1964, donde también fue profesor de tiempo completo de 1977 a 1982. Cursó un posgrado en Matemáticas Aplicadas en la Universidad de la Sorbona en Paris, Francia. Se desempeñó como marino en cruceros oceanográficos en la Universidad de Bergen, Noruega en 1963. Durante 31 años fue profesor de la UNAM en la Facultad de Ciencias, en el Instituto de Geofísica y el Centro de Ciencias de la Atmósfera de 1956 a 1987.
En 1973 fue fundador y primer director general del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE). Fue investigador y profesor de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos de 1968 a 1972. De 2006 a la fecha es profesor investigador de la Facultad de Ingeniería y en los posgrados de Ingeniería Civil, Geotecnia e Ingeniería Ambiental.
También fue académico del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) de 2003 a 2006.
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