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- Categoría: UNIVERSITARIAS
El Museo de la Memoria Histórica Universitaria es un espacio que no permitirá olvidar los tiempos difíciles, ante los cuales la Universidad nunca claudicó y siempre tuvo liderazgos que la sacaron adelante, afirmó el Rector Enrique Agüera Ibáñez, al inaugurar este nuevo espacio de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Instalado en la Antigua Casa de Ovando, un inmueble que fue restaurado en su totalidad y devuelto a su aspecto original, este espacio, dijo el Rector era un pendiente que tenían los universitarios para no olvidar que son herederos de esa historia, que está llena de momentos difíciles, pero también de cosas buenas y aciertos.
El pasado de esta Universidad estaba guardado en cajones; a partir de “hoy, con este Museo de la Memoria Histórica tenemos la posibilidad de sacar los viejos recuerdos, las vieja historias y aquella vieja realidad para ponerla a la vista de todos, con el propósito de no olvidar, de seguir aprendiendo y rescatar lo mejor de aquella época, para nunca mas volver a cometer los mismos errores, para eso sirve la memoria”, puntualizó Agüera Ibáñez.
Y agregó que “esos tiempos duros y difíciles también nos dejaron cosas buenas. Dejaron enormes aciertos, porque en aquellos tiempos difíciles la universidad nunca claudicó” y en ella siempre hubo universitarios que “tuvieron la inteligencia, que tuvieron la vocación y hay que decirlo, el amor y el aprecio por esta Universidad”.
Consideró que con este nuevo espacio, a los universitarios que les tocó vivir momentos difíciles no los olvidarán y los jóvenes podrán conocer esa realidad que costó tener la Universidad en la que hoy estudian, “porque no se puede hacer futuro abandonando la historia, ni construir un presente si no se tiene la capacidad de recordar”.
El Director General de Obras, Manuel Sandoval Delgado, al hablar de las obras que se realizaron en la Antigua Casa de Ovando, hoy convertida en el Museo de la Memoria Histórica Universitaria, manifestó que cuenta con mil 636 metros cuadrados en dos niveles que fue rescatada casi en su totalidad para devolverle la imagen que tenía cuando se construyó a finales del siglo XVII y principios del XVIII.
El proyecto museográfico se adaptó a los espacios originales del inmuble donde los visitantes iniciarán su recorrido por las salas temáticas, que cuentan con equipos de audio y video, conociendo los antecedentes del Barrio de Analco y la antigua casona de Ovando.
En seguida podrán apreciar en documentos, libros, fotografías y textos antiguos, la historia de la hoy BUAP en dos períodos: el primero desde sus orígenes en 1578 cuando surgió como Colegio del Espíritu Santo, pasando por sus diversas etapas hasta llegar al año 2003.
El segundo período muestra el liderazgo alcanzado de 2004 a la fecha, así como la historia y desarrollo de las profesiones en la Universidad, el arte y la cultura; el rescate del patrimonio histórico universitario y el desarrollo de los espacios arquitectónicos, además de sus avances en fomento editorial.
En la planta alta, universitarios y público en general podrán recorrer la Sala de Rectores, donde se ha colocado una gran pantalla que presenta documentales con la visión y logros de quienes han sido dirigentes de la Máxima Casa de Estudios de Puebla.
Los triunfos deportivos se muestran en un espacio especial para recordar el esfuerzo y lucha de los universitarios. La ciencia y la tecnología están presentes en el área de la Historia de la Computación entre los años de 1973 a 1993, donde se pueden apreciar los equipos de cómputo con los que empezaron a trabajar estudiantes y académicos de la Institución.
El gran atractivo de la sala es don Cuco el Guapo, el robot que toca el órgano y que ha recorrido diversos países y estados de la República sorprendiendo a niños, jóvenes y adultos, y que en esta inauguración recibió a los invitados mostrando lo que sabe hacer: tocar, y sobre todo enorgulleciendo a los universitarios.
Esta también la presencia de la mujer con fotografías de universitarias de distintas épocas. No falta la biblioteca y un centro de documentación con libros antiguos y material didáctico, además de tienda-recepción, cafetería, sanitarios, salas de descanso y un patio central con capacidad para albergar a 200 personas y donde se podrán realizar diversos eventos.
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