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Las formas de violencia que enfrentan las mujeres son diversas y variadas, no sólo es la física, sino también la sexual, psicológica y hasta económica, señaló la doctora María Da Gloria Marroni, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidade s “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP.
Durante su conferencia “Te fuiste de loca… Te fuiste a revolcar con los coyotes: migración y violencia hacia las mujeres”, ante estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, habló de la parte negativa que tienen que enfrentar las mujeres cuando se convierten en migrantes y la que enfrentan en la vida cotidiana.
En el auditorio Elena Garro de la FFyL, reconoció que todavía hay mucha resistencia de las mujeres jóvenes a migrar y aunque cada vez es menos, cuando se deciden muchas tienen que enfrentar la maledicencia o dolo con acusaciones como: “Te fuiste de loca… Te fuiste a acostar con todos los hombres… Te fuiste a revolcar con los coyotes”.
“Ésas y otras son formas de violencia verbal y simbólica muy fuerte que tienen que enfrentar las muchachas que migran buscando una mejor forma de vida”, manifestó Da Gloria Marroni.
Otro tipo de violencia que se puede ver en la vida cotidiana, consecuencia de la forma de pensar de algunas comunidades, es la que se ejerce con las mujeres jóvenes quienes por diversas circunstancias tuvieron un hijo fuera del matrimonio y para ellos se convirtió en “una fracasada”; o bien, porque ya tienen más de 20 años y eso significa que “eres quedada”, abundó.
Estas mujeres están condenadas a estar solas o bien destinadas a tener un matrimonio de segunda, lo que significa que no tienen derecho de casarse con hombres jóvenes, sino que tienen que hacerlo con un hombre mucho más grande que ella, un incapacitado o un viudo; eso afirmó, es otra forma de violencia.
Aclaró que la violencia de género afecta a ambos sexos por igual cuando se vive en una sociedad machista y “cuando digo eso no me refiero a la sociedad en general, porque hay mujeres que son más machistas que los hombres y también ejercen violencia en contra de ellos”.
Cuando un hombre migra y deja a la mujer con seis u ocho hijos y no manda dinero, dijo, se puede decir que está ejerciendo una violencia económica, no obstante se debe ponderar que también puede tener diversos motivos para no hacerlo.
“Muchos hombres se van de migrantes y no envían dinero a sus familias, sin embargo hay que reconocer que eso no significa necesariamente que sea un desobligado, porque puede ser que no encuentre trabajo por la crisis que se vive en los Estados Unidos o bien porque gana tan poco que no le alcanza”, puntualizó la investigadora quien ha realizado estudios entre migrantes de Atlixco y sur de Puebla, que se encuentran en Nueva York.
De las remesas se habla como una gran conquista, pero también hay una realidad que vive el migrante que tiene que enfrentar pobreza allá para poder mandar dinero a su familia, indicó.
Otra forma de violencia es la que ejercen coyotes y empleadores en contra de hombre y mujeres que no tienen documentos para trabajar de forma legal, porque no pueden denunciar la explotación y el maltrato del que son objeto, más aún si quien los explota es algún tratante de blancas, porque difícilmente pueden escaparse.
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