jardin-botsnicoSus investigadores  intentan evitar la extinción de especies.  Alberga una colección de Jatropha  única en el país.

Cual área de cuidados obstetras o n eonatales de un hospital, en las zonas de germinación, invernaderos y viveros del Herbario y Jardín Botánico “Ignacio Rodríguez de Alconedo” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, investigadores y estudiantes intentan preservar y propagar especies de flores y árboles, con el fin de evitar la extinción de algunas especies e incrementar el conocimiento botánico de la región.

 

Resultado de exploraciones de campo o donaciones por parte de otras instituciones, a este oasis que se encuentra dentro de Ciudad Universitaria, con frecuencia llegan semillas de diversas especies de plantas del interior del estado y otras entidades, a las que se asigna un número de control (otorgándoles así  identidad) y preparar todo para su propagación.

Éste no es un trabajo sencillo, ya que antes de germinar cada semilla, primero se hace toda una investigación para conocer el hábitat de donde proviene, ya que de esta manera “sabremos los cuidados y condiciones que necesitarán (si requieren cierto sustrato, grado de humedad, o incluso fuego como es el caso de los pinos)”, indicó la doctora Maricela Rodríguez Acosta, Directora del Jardín Botánico.   

Una vez que se tiene esta información, las semillas (que pueden ser de cinco hasta 30 por cada especie), se colocan en pequeñas divisiones dentro de  charolas, con una pequeña cantidad de sustrato que debe ante todo, tener humedad, oxigenación, drenaje y el pH adecuado para cada simiente. Así es como comienza el proceso para la germinación.

Un cunero especial de plantas bebés: Tal como ocurre con la gestación humana, “la germinación es básicamente continuar con el proceso de desarrollo de un embrión vegetal. Al agregar agua a la semilla comienzan a desencadenarse una serie de reacciones químicas, que hacen que este embrión se desarrolle y conforme un individuo” y para ello se cuenta con un cunero especial para plantas bebés, explicó la doctora Rodríguez Acosta.

Cuando la semilla ha desplegado una pequeña raíz de 2 o 3 centímetros, se denomina plántula y su cuidado es la etapa más importante en el cultivo de una planta: es justo como un bebé recién nacido al que hay que prodigarle grandes cuidados.

Cuando nace, la bebé planta se traspasa a un depósito más grande donde permanece durante el tiempo necesario para que logre su desarrollo, vigilancia y posterior traslado a un invernadero, que es donde se lleva a cabo la primera fase de endurecimiento de los nuevos vegetales, ya que a pesar de que están en el exterior no tienen contacto directo con el sol.

Una vez que alcanzan los 10 centímetros de estatura en promedio (lo cual tarda de uno a tres meses, dependiendo de la especie), se les coloca en recipientes individuales (macetas o bolsas especiales) para llevarlas a los viveros.

En esta etapa y con el número de control asignado -tras su llegada al Jardín Botánico-, son descritos de acuerdo a sus características, “lo que prácticamente constituye su acta de nacimiento o identificación, que permite dar seguimiento al desarrollo que tiene y minimizar así el riesgo de mortalidad de la planta”, comento la Doctora en Ciencias.

Uno o hasta tres años después, los nuevos individuos convertidos en hortalizas, árboles o arbustos, entre otros, salen de los viveros para formar parte de la colección del Jardín Botánico de la BUAP, en donde no se les pierde de vista para asegurar su supervivencia.

Para la Directora del Jardín este proceso es sustancial ya que por ejemplo, de más de mil semillas que produce un encino en sólo una temporada, ninguna se reproduce de manera natural por los climas extremos que hay en el estado.

Esto, dijo, “significa un desperdicio de todo el esfuerzo que hizo el encino para producir sus simientes; por ello la función de los jardines botánicos es ayudar a que al menos haya nuevos individuos propagados para su estudio y reintroducción a su hábitat”.

Con toda esta labor de cuidado el Jardín Botánico Universitario “cumple dos propósitos: proteger especies nativas por medio de la propagación y su reintroducción al medio ambiente, y mostrar al público la importancia de conservar y mantener la vida silvestre”.

“Esta labor con los bebés del Jardín Botánico requiere paciencia, creatividad, trabajo e investigación; es el trabajo tras bambalinas que no se ve, lo único que ve la gente es lo que está en el Jardín”, enfatizó la Doctora Rodríguez Acosta.

Un  nuevo reto: producir Jatropha: Desde el año 2008 este espacio verde tiene la misión de incrementar e introducir al campo una colección de Jatropha, un género de árboles caducifolios de relevancia internacional, dado que los aceites de la especie Jatropha curcas son materia prima para la producción de biocombustibles.

Estas plantas termófilas, se desarrollan bien en ambientes de calor y sequía, y en el Jardín Botánico de la BUAP se tiene destinado un invernadero especialmente cálido, para su propagación.

Las biólogas Michelle Xicoténcatl Lozano, encargada de la propagación y conservación de germoplasma, y Karla Vega Flores, curadora de la colección que posee este espacio verde de la BUAP, explicaron los ejemplares provienen principalmente del sur de Puebla y zonas aledañas.

Actualmente se tienen ejemplares de Jatropha oaxacana, J. pauciflora, J. rzedowskii, J. curcas y J. elbae, que se obtuvieron por propagación asexual donde se utilizaron las partes vegetativas de la planta como tallo y hojas, y sexual, donde la reproducción es a través de semillas”.

Ésta colección Jatropha es única en el país y se espera incrementar con el trabajo de investigación que se realiza. De acuerdo a su proceso de desarrollo, su periodo de fructificación es de junio a noviembre.

Un oasis abierto al público: Maricela Rodríguez Acosta, quien creó, desarrolló y actualmente dirige el Jardín Botánico de la BUAP, donde se forman recursos humanos de alto nivel, añadió que este espacio ofrece a investigadores, estudiantes y público en general, diferentes opciones para apreciar la flora poblana.

Están por ejemplo las visitas guiadas al interior del jardín para conocer las diferentes colecciones que alberga este recinto, tanto de especies silvestres como de plantas de importancia económica para el ser humano, como medicinales y comestibles.

Asimismo se ofrecen cursos temáticos enfocados a fortalecer la parte teórica en áreas que van desde la ecología hasta las matemáticas; cursos de capacitación sobre el aprovechamiento responsable de recursos naturales; cursos de jardinería y horticultura, exposiciones y próximamente se exhibirán  filmes de temas ambientales.

Además quienes deseen impartir una conferencia, taller o presentar un examen profesional en un entorno natural, sólo tienen que acercarse al Jardín Botánico para rentar el Aula Verde y disfrutar del entorno de este oasis dentro de Ciudad Universitaria.