-Psicólogos de la BUAP detectan que el desempleo incrementa tendencias suicidas entre jóvenes poblanos

Un grupo de investigación de la Facultad de Psicología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, desarrolló un estudio para descubrir la relación que existe entre desempleo y suicidio en jóvenes poblanos, a fin de determinar qué tanto se pone en riesgo la estabilidad psicosocioemocional de este grupo,  y llamar la atención para implementar medidas de prevención.

Con el tema “Desempleo y Suicidio en Jóvenes: ¿Casualidad?”, las estudiantes Alejandra Merino Montiel y Liliana Mejía Catana, junto con Isabel Stange Espínola y Ma. Alicia Moreno Salazar, profesoras investigadoras de la Facultad de Psicología de la BUAP realizaron esta investigación.

El suicidio está considerado como un severo problema social y de salud pública desde el 2004 por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y su riesgo se incrementa ante situaciones personales como depresión, ansiedad o miedos, aunadas al desempleo, situación que motivo a la Doctora Stange Espínola, a tomarlo como materia de estudio desde sus distintas facetas.

Agregó que según cifras de la Organización Internacional del Trabajo en 2010, en los últimos años el índice de desempleo se incrementó a nivel mundial principalmente entre los jóvenes, lo que pone en riesgo no sólo su situación económica, sino su estabilidad psicosocioemocional, de ahí la importancia de estudiar las implicaciones de dicho fenómeno.

“Por ello es útil realizar un análisis de la relación existente entre desempleo y suicidio en los jóvenes, que permita conocer y entender la situación de riesgo para poder tomar medidas en el corto plazo”, consideró.

La investigadora dio a conocer que para este estudio se recabó información generada por el INEGI, acerca del índice de suicidios, así como de la tasa de desempleo a partir del 2005 y hasta el 2009 en el estado de Puebla, con la finalidad de relacionar ambos indicadores.

“Los resultados arrojaron que en 2005, la tasa de suicidio se ubicó por arriba de los dos puntos y la de desempleo en tres puntos, mientras que para 2009, la tasa de suicidio alcanzó los 3.5 puntos y la de desempleo los 4.5 puntos”.

Agregó que estos indicadores llevan a la conclusión de que los jóvenes cuyas edades fluctúan entre 15 y 24 años, son la población más afectada tanto por el desempleo, como por el suicidio; resultados que muestran que cuando se incrementa el desempleo la tasa de suicidio es mayor, es decir que guardan una relación directamente proporcional.

“Es un hecho que la falta de oportunidades de empleo entre los jóvenes genera sentimientos de frustración y desesperanza, así como crisis socioeconómicas y existenciales que incrementan el riesgo de tendencias suicidas”.

Stange Espínola insistió en que es posible disminuir el suicidio, siempre y cuando los jóvenes desarrollen, con apoyo de especialistas, la capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, además de que se requiere un esfuerzo mayor por parte de los gobiernos para mejorar las condiciones y la calidad de vida de la población en general.