De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2000 se registraba un suicidio en el mundo cada 40 segundos, indicadores que a la fecha se han incrementado en un 40 por ciento, cifras alarmantes pero frías, pues un solo caso debe llamar nuestra atención, señaló Isabel Stange Espínola, Catedrática e Investigadora de la Facultad de Psicología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Afirmó lo anterior después del "Congreso de Psicología sobre Conductas Suicidas", que se realizó en la salón de Proyecciones del Edificio Carolino, con el objetivo de presentar a los estudiantes y la sociedad información que permita, desmitificar y comprometer a la vida.

Stange Espínola dijo que el suicidio es un problema de salud multicasual y urge tomarlo en serio a través de una cultura de prevención, que sea un llamado a la vida y presente alternativas de solución a todos los niveles, pues de acuerdo con la OMS, por cada persona que logra suicidarse, un promedio de diez o más lo intentan, por lo que no es posible definir el número de personas con ideas o conductas suicidas.

La Psicóloga señaló el aspecto socioeconómico como una de las causas más importantes de este problema, pues la situación en que se encuentra el país no permite a los mexicanos satisfacer sus necesidades básicas, lo que repercute de manera significativa en aspectos de salud.

Añadió que es difícil identificar una sola causa, pues existen múltiples factores que se interrelacionan, de ahí la importancia de desmitificar el hecho de que la familia es la causante del suicidio, pues en realidad es un problema al que se suman factores como el manejo inadecuado de los medios de comunicación.

Indicó que patrones como las caricaturas, "donde el héroe que hoy muere aparece mañana vivo, o el hecho de que los jóvenes tengan acceso a páginas de internet donde se habla acerca de la muerte y de cómo morir, muestran que como sociedad estamos fallando".

Mencionó como alternativas de solución, promover estilos de vida que integren relaciones interpersonales saludables, de autoconocimiento, encontrar formas de expresión adecuadas, es decir soluciones, no problemas y ante todo quererse a uno mismo y lograr un bienestar.

Asimismo, recomendó que ante niños o personas cercanas con intenciones de quitarse la vida, hay que escuchar y no hacer comentarios, sino canalizarlos a un profesional de la salud para intervención en crisis, pues el suicidio es una forma de comunicación de la persona.

Otra solución, dijo, es abrir espacios donde se conjunten experiencias en un espacio común como "la Red Mundial de Suicidiólogos, apartado México", una visión integral de atención a conductas suicidas, que promueva el bienestar e instituciones gratuitas de salud, con respaldo profesional calificado.