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Los avances en el tratamiento del dolor, permiten implementar nuevas técnicas de analgésicos y bloqueos, que evitan que el cáncer sea sinónimo de sufrimiento, aseguró Carlos Marín Moreno, Jefe de la Clínica del Dolor del Hospital Universitario de Puebla (HUP).
Al tiempo de reconocer que en México se registran más de un millón de casos nuevos de cáncer al año, Marín Moreno señaló que el diagnóstico de cáncer por sí solo causa miedo al ser asociado con dolor, muerte, ansiedad, tensión y angustia, acompañados de un alto grado de sufrimiento.
En entrevista, abundó que si bien el tratamiento de cáncer es dirigido a combatir la enfermedad, también produce dolor al utilizar alternativas como radioterapia, quimioterapia y cirugía, pero ahora el dolor no es condicionante de la enfermedad.
Lamentó que el desinterés, aunado a la falta de chequeos y estudios, provoque que los pacientes con cáncer lleguen a la clínica del dolor, porque ello significa que presentan un tumor avanzado y con múltiples efectos, que hacen más difícil su tratamiento.
Aseguró que para tratar a un paciente con dolor por cáncer, inicialmente se debe diagnosticar el tipo de cáncer, al practicar un estudio histopatológico - consiste en leer células del tumor- y de acuerdo al tipo de células, que provoca el tumor se le da un tratamiento, que puede ser abordable a través de cirugía o bien de radioterapia.
"Según el tumor y tipo de célula se sabe que órganos invade, pues si se trata de cáncer de mama, de riñón o pulmón, éste es mucho más doloroso pues afecta a los huesos, al producir metástasis óseas, invade estructuras de soporte o de movimiento lo que lo hace más doloroso".
En estos casos comentó el especialista, no es fácil atender al paciente sobre todo si el cáncer se ha extendido, pues complica detener y disminuir la cantidad de dolor con intentos agresivos que van de leves a moderados y en casos avanzados de moderados a severos o bien insoportables.
En la Clínica del Dolor, dijo Marín Moreno, se utiliza la llamada "escalera analgésica", promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que consta de tres parámetros y se amplía a cinco, en el primer nivel se contemplan los analgésicos no narcóticos, débiles y fuertes y los analgésicos narcóticos, débiles y fuertes.
Explicó que en el escalón dos, se utilizan analgésicos o narcóticos débiles, de fácil acceso que se complementan (narcótico, con no narcótico y adyuvante), en el escalón tres se utilizan analgésicos narcóticos potentes o muy potentes, mas un analgésico narcótico, más un coadyuvante.
Abundó que en el cuarto escalón se utiliza el bloqueo nervioso, que no implica que el paciente deje de moverse o caminar, la finalidad es quitar el dolor con técnicas específicas para sensibilidad dolorosa y el escalón número cinco, aplica técnicas de neuroestimulación nerviosa.
En este último escalón, precisó, se implantan sistemas específicos sofisticados, llamados de neuroestimulación nerviosa a la columna vertebral para reducir el dolor que el paciente tenga, deben ser colocados sólo por gente que sepa y tenga experiencia en su manejo, debe ser preciso.
Concluyó que la progresión tumoral obliga a tener cuidado, porque fácilmente se puede confundir con tolerancia a analgésicos y si no se conoce de farmacología, se hacen cócteles ineficaces para la presentación del paciente, es decir, se pueden recetar analgésicos antagónicos.
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