- Martes, 14 Febrero 2012 06:51
Hipólito Contreras
Sin que se deje de reconocer que todo gobierno hace obra, porque increíble sería que no la hiciera. Es cierto, en ese sexenio por terminar muchas obras se inauguraron en los 31 estados y el Distrito Federal.
Los mexicanos en este sexenio vimos carreteras, autopistas, hospitales, universidades, escuelas, tecnológicos, equipamientos, pozos de riego, algunas presas, redes de agua potable, drenaje y alumbrado, maquinaria agrícola, explotación de nuevos yacimientos de petróleo, reformas a leyes, combate a la delincuencia, crecimiento del aparato de seguridad, se impulsaron proyectos productivos en el campo, se resolvieron algunos problemas agrarios,….
El sexenio con su modelo de gobierno hizo muchas cosas en estos seis años que están por terminar. Pareciera que el país cambió, que siguió su curso de modernización y crecimiento, que el México del siglo XXI siguió su proceso transformación en busca de más cambios, pareciera que el país del subdesarrollo quedó atrás, en el pasado, pareciera que el país de los cambios tecnológicos llegó a todos los rincones de la patria y que hoy se vive una era de desarrollo, de mejores niveles de vida para los 115 millones de mexicanos.
Lamentablemente no es así. La administración federal en estos casi seis años gasto mucho, invirtió mucho, el presupuesto anual se pierde en las cifras, se pierde en los cientos de miles de millones de pesos, a esto se suman los miles, miles de millones de pesos que gastan cada año los gobiernos estatales, y por si fuera poco, están los no pocos presupuestos de los gobiernos municipales. También se suman los cientos de miles de millones de pesos por exportaciones petroleras.
Con todo esto el país no creció en seis años, no sólo no creció, sino que retrocedió, más millones de mexicanos se sumaron los pobres, más clase medias perdieron ese nivel, más millones de pobres pasaron a súper pobres.
Si un país con presupuestos millonarios, un país petrolero, un país con tantas riquezas, está sumido en el subdesarrollo, en el atraso, en las profundas desigualdades sociales, es sólo por una causa: su gobierno no funciona, su sistema es un fracaso, sus gobernantes no saben gobernar.
Esta es la herencia que deja esta administración por concluir, y quien diga que no es verdad, que me diga cuál es entonces: un país sumido en una violencia absurda, un país con más de 70 millones de mexicanos que viven mal, un país sumido en el desempleo, un país afectado por la pérdida de valores y crisis familiar, un país que ha perdió sus capacidad de producción por el abandono el campo, un país dependiente del exterior en materia alimenticia, un país sumido en la corrupción, un país con recursos naturales dañados por las ambiciones comerciales, un país sin oportunidades para los jóvenes en educación superior, un país sin rumbo, un país con grupos sociales que se están muriendo de hambre.
Esa es la herencia del sexenio por terminar, y todavía sus gobernantes dicen que se hicieron maravillas, todavía gastan miles de millones de pesos en publicidad para tratar de convencer que ellos son la mejor opción para el país, que nos conviene que esa clase política siga en el poder.
El país entero sabe perfectamente que esto no funciona, sabe muy bien con todo y publicidad del gobierno, que el país necesita un nuevo rumbo, una nueva dirección, una nueva esperanza, y eso lo van a decidir el uno de julio, lo que no funciona tiene que ser cambiado.