- Viernes, 11 Febrero 2011 00:24
Puebla, Pue.-Los museos vaticanos son fruto de la fe de un pueblo creyente, ya que las obras que albergan no sólo fueron creadas como un lujo humano, sino como un testimonio de fe, indicó el Monseñor José Manuel del Río Carrasco, Subsecretario de la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia del Vaticano.
En su ponencia Monumentos Vaticanos, cinco siglos de Historia, efectuada en el primer encuentro del ciclo de conferencias de la Maestría en Estética y Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, destacó que crear vínculos de paz entre los pueblos y despertar el interés de las personas por la belleza, es el fin de la cultura.
Por eso y debido a que los museos vaticanos son los sitios más visitados, “es importante conocer los tesoros que albergan, los cuales invitan a recorrer un poco de la historia del arte y del pensamiento”.
Abordó así la formación de las colecciones de los museos vaticanos, desde el siglo XVI hasta el momento actual, donde explicó cuántos museos hay, cuáles son sus piezas más importantes y los sitios fundamentales de su historia.
El Vaticano preocupado por preservar diversas manifestaciones del arte, creó museos para este fin, entre ellos el de Antigüedades Cristianas y el Profano, que fueron iniciativas del Papa Benedicto XIII.
Recordó que el Papa Clemente XIV intranquilo por la venta hacia el exterior de esculturas, comenzó a comprar éstas y edificó nuevos espacios, creando así las salas de bustos romanos, copias griegas y el patio octagonal de las estatuas, por mencionar algunos.
Monseñor José Manuel del Río Carrasco dijo que los ingresos para estos fines provinieron del juego de azar “loto”, el cual ahora sirve para la restauración y creación de obras de arte e infraestructura.
Después describió la Pinacoteca Vaticana, donde comentó la procedencia de sus diversas colecciones, su saqueo en el periodo Napoleónico, reconstrucción y consolidación con un nuevo edificio y exposición.
Informó que un inicio el arte estaba reducido a los expertos para copiar e imitar obras, como sucedió con el Torso de Belvedere que sirvió de modelo a Miguel Ángel que lo plasmó en sus frescos.
El Subsecretario de la Comisión Pontificia finalizó que esta ponencia “suscitará en los asistentes la curiosidad y el deseo de visitar, pasear y recorrer las instalaciones de los museos vaticanos”, ya que las personas que acuden contemplan obras de todos los estilos y escuelas existentes a lo largo de los años, así como los jardines vaticanos, que muestran un poco de la flora de todo el mundo.