- Marcela Jiménez Avendaño
- Categoría: PODER EJECUTIVO
Marcela Jiménez Avendaño
Este martes que pasó debatieron Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri ante una convocatoria del movimiento #Yosoy132, fue sintomática la ausencia de Enrique Peña Nieto, pero sobre de ello lo interesante analizar es ¿qué está en juego?, ¿qué significó este debate? y ¿qué beneficio pueden obtener los participantes?
Quiero aclarar que esta colaboración se escribió antes de llevarse a cabo dicho encuentro, sin embargo desde antes podemos decir que fue un interesante ensayo para ver como se dialoga y se construyen consensos sin la presencia del tricolor, bueno, eso esperamos, aunque es probable que los ataques y enfrentamientos se hayan dado con más fuerza por tratarse del último evento trascendente de fin de campaña.
Porque esta es la esencia de la política, establecer diálogo con fines de acuerdos para trabajar en la solución de los problemas de la nación. Yo hubiera preferido un debate de los cuatro, creo que faltó voluntad e imaginación para darle a Peña Nieto las condiciones de equidad que reclamó.
Me parece que con mucha facilidad se le permitió aislarse de este evento y de entrada les da la razón a quienes sostienen que los 100 mil, o uno ó dos millones de votos que representa dicho movimiento, de antemano son contra el candidato del PRI.
No queremos un México en que de llegar a ser Peña Nieto, Presidente ignore a los estudiantes o a cualquiera que se declare antipeñista.
México debe ser plural, pero sobretodo incluyente, y el estado de Derecho no significa solamente igualdad de todos ante la ley, aunque ésta sea su esencia, implica también una cultura política civilizada, desde luego de los políticos pero también de los ciudadanos. El valor más alto de esa forma de hacer política es la tolerancia ante quien piensa o es distinto a nosotros.
En el 68, el movimiento estudiantil pidió diálogo al gobierno y este lo dio a través de funcionarios menores; en el sexenio siguiente fue el gobierno quien ofreció el diálogo y los estudiantes no lo aceptaron; luego vinieron las décadas perdidas y hasta hoy surge este movimiento que decide a quien escoge para escuchar, a quien chiflarle, a quien insultar, a quien aplaudir, a quien rechazar y a quien apoyar.
México es un país que nos pertenece a todos, a buenos y malos, a honrados y aún a los delincuentes, por eso el compromiso por un México libre de corrupción y de malos gobernantes nos exige usar la única arma permitida que es el voto y las leyes.
Fuera de ellos, no existe otra herramienta de avanzada, tratar de inventar otros medios para construir un país solidario y justo no es parte de una actitud democrática. Por ello le vuelvo a pedir amigo lector que vote a conciencia, conozca qué dicen y qué piensan sus candidatos, pero sobre todo use su voto para construir el país que quiere para Usted, para su familia y para los que vienen.
Pero en tanto se llega el Dia “D”, nos leemos la próxima semana…..
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