- La Jornada
- Categoría: PODER EJECUTIVO
En la misiva le expresaron: “Siendo Chiapas el primer estado en producción de café orgánico, es importante que estos productos sean revisados antes de aplicarlos en parcelas certifica- das. Si no cumplen con los reglamentos de certificación orgánica internacionales los producto- res perderán el estatus de orgánico, poniendo en riesgo el trabajo de muchos años”.
Tomás Edelmann Blass, director general de la finca Hamburgo, que ha tenido que podar la mitad de 257 hectáreas de café debido a la roya, manifestó que el principio activo del DR 43 “es una molécula biotecnológica, que de biológico no tiene nada. No hay patente. Está tapada con una sobretiqueta donde traía antes, creo yo, una certificación de la empresa Situam. El envase trae impresa la palabra ‘pesticida’ cuando se supone que aplicamos fungicida”.
El productor mostró un envase de plástico en el que se observa una pequeña viñeta sobrepuesta en la que se lee: “Hecho en Durando, Mex”. La pequeña tira cubre la siguiente leyenda: “Hecho en México. IFOAM. Bioagricert”. Esta última es una certificadora que de acuerdo con los caficultores no ha avalado el producto.
Ante las “dudas” que ha generado la aplicación del DR 43 y del Aitia, caficultores de cinco municipios de la Unión Agrícola Regional de Productores de Café Tacaná decidieron probarlos el pasado 29 de junio en parcelas de la finca Irlanda, pionera en la producción de café orgánico en el mundo y de donde salió la primera exportación hacia Europa en 1968.
“Cada mes vamos a revisar los avances para estar en condiciones de responder con pruebas a la Sagarpa, que se ha negado a proporcionar la información de los productos que está aplicando”, manifestó Víctor Díaz Vicente, investigador del área de Control Biológico de Plagas de la Universidad Autónoma de Chiapas, quien reiteró que el Aitia “tiene mucho nitrógeno, lo que está prohibido para orgánicos”.
Alexander Pérez Micelli, jefe del Programa de Sanidad Vegetal de la Sagarpa, descartó que el DR 43 no esté certificado. “He escuchado del representante de la empresa Azul Natural que lo produce, que todas las pruebas que marca la normalidad han sido corridas. La subsecretaría de Agricultura de la Sagarpa lo está avalando porque es orgánico y de bajo impacto ecológico”.
Informó que el producto se ha entregado sin costo a los caficultores, a cambio de que apoyen con uno o dos jornales según la superficie para aplicar el material, además de que se les han facilitado 880 bombas. “Se tienen consideradas 44 mil hectáreas en las áreas de mayor índice de incidencia del año pasado en el Soconusco y la Sierra”.
Liga original: http://www.jornada.unam.mx/2013/07/14/estados/026n2est
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