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El programa Fondo para el Apoyo a Proyectos Productivos en Núcleos Agrarios (Fappa), de la Secretaría de la Reforma Agraria, contribuye a la integración productiva de las mujeres y a reducir la brecha de oportunidades entre hombres y mujeres que viven en el medio rural y no son propietarios de tierra.
Los beneficiados con este programa, que apoya la instalación de proyectos productivos en ejidos y comunidades, incrementaron sus ingresos, su acceso a los bienes productivos y su autoestima. En el caso de las mujeres obtuvieron mayor autonomía económica y para elegir libremente a su pareja, el número de hijos que quieren tener y cuando tener relaciones sexuales.
Así lo afirma una evaluación en perspectiva de género realizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a beneficiarios del programa Fappa de la SRA, entre 2009 y 2011.
El Fappa apoya a mujeres y hombres que habitan en núcleos agrarios y que no son titulares de tierras, pero que tienen el propósito de poner en marcha proyectos productivos para mejorar su calidad de vida y la de sus familias.
El estudio de la FAO destaca que el porcentaje de ingreso familiar que aportan las mujeres aumentó del 26.5 al 32.9 por ciento de 2009 a 2011, y en el caso de los hombres el incremento fue de 70.2 a 70.3 por ciento.
En lo que se refiere al ingreso promedio anual de las personas beneficiadas con algún proyecto productivo de Fappa, en las mujeres aumentó en 7 mil 240 pesos (78.2 por ciento proviene del proyecto), mientras que en los hombres el incremento fue de 16 mil 676 (52.8 por ciento del proyecto).
La evaluación de la FAO señala que con el apoyo de la SRA las mujeres han incrementado su nivel de acceso a los bienes productivos al pasar del 62.2 al 71.9 por ciento. Mientras que los hombres también incrementaron este indicador al pasar del 68.7 al 81.6 por ciento.
La participación de las mujeres en organizaciones se incrementó de un 10.2 a un 13.2 por ciento, mientras que para los hombres disminuyó del 14.9 al 11.5 por ciento.
En lo que se refiere a la autonomía económica, el estudio destaca que después de haber sido apoyadas por el proyecto productivo, aumentó en un 10.6 por ciento el número de mujeres que tienen libertad para comprar cosas para sí mismas; en un 23.3 el porcentaje de mujeres que pueden decidir libremente cómo gastar su dinero en el ámbito doméstico; y en un 2.1 por ciento aquellas mujeres que tienen libertad para trabajar en actividades remuneradas.
Con respecto a la autonomía física, después del proyecto productivo se incrementó el número de mujeres que pueden elegir libremente a su pareja o cónyuge (del 64.4 al 73.9 por ciento); elegir el uso de métodos anticonceptivos (del 60.4 al 70.2 por ciento); elegir cuando tener relaciones sexuales (del 61 al 71.4 por ciento); elegir el número de hijos (del 58.2 al 68.4 por ciento).
Asimismo, ambos sexos mejoraron sus niveles de autoestima. El 73.2 por ciento de las mujeres dijo sentirse más satisfecha luego de participar en el proyecto productivo, mientras que en el caso de los hombres esta cifra alcanzó el 70.1 por ciento.
La FAO agrega que se debe fortalecer la incorporación de mujeres a los proyectos productivos, dado que la proporción de hombres y los beneficios obtenidos por éstos, son mayores que la participación y los beneficios logrados por las mujeres.
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