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De los estudios que son necesarios para tomar las medidas preventivas en caso de una erupción del volcán Popocatépetl se encuentra el del comportamiento del viento, ya que permitirá prever, en caso de que sea de tipo pliniano, hacia donde caería la ceniza, comentó José Luis Arce, investigador del Instituto de Geología de la UNAM.
El especialista en vulcanología, invitado por la Escuela de Biología de la BUAP, impartió loa conferencia “Las verdaderas erupciones del Volcán Popocatépetl y los peligros asociados”, donde habló del comportamiento histórico de este coloso, que comparten en territorio los estados de México, Morelos y Puebla.
De acuerdo a las investigaciones realizadas en el suelo circundante y poblaciones cercanas, hace un millón de años hubo una avalancha, tras la cual siguió un periodo de reposo; hace 14 mil años hubo una erupción de tipo pliniano, donde la columna de ceniza alcanzó una altura de 37 a 41 kilómetros, que fue llevada por los vientos hacia el Noreste.
Hace cinco mil años fue similar y el viento se llevó la ceniza hacia el norte, cayendo sobre otros volcanes como el Ixta y Tlaloc. Hubo otra hace dos mil 100 años y la columna fue menor, entre 20 y 30 kilómetros y fue hacia el Este, alcanzando lo que hoy es San Nicolás de los Ranchos.
La última de la que se tiene conocimiento fue hace mil 100 años y hubo una variación de los vientos que fue primero al Noreste y posteriormente al Este, por ello, dijo el Doctor en Ciencias, es necesario este estudio de los vientos, porque dependiendo de la época del año cambian.
Las emisiones de vapor de agua y ceniza que el Popo ha emitido desde que reinició su actividad en 1994, han sido leves, sin embargo siempre hay que estar pendiente y monitoreando al coloso, por ello se han instalado a su alrededor una serie de aparatos que dan cuenta de su comportamiento interno, lo que permitirá evitar riesgos a la población.
José Luis Arce, quien tiene nivel II del Sistema Nacional de Investigadores, aclaró que es difícil prever una erupción, aunque con los modernos equipos que se tienen, se pueden tomar medidas de emergencia como el desalojar el área de riesgo que consideró no es mas allá de 40 kilómetros del cráter, según los estudios realizados.
Explicó que en la zona centro del país hay una serie de volcanes que se puede considerar como monogenéticos (los que alguna vez hicieron erupción y se apagaron) y los poligenéticos que son los activos como el Popo y Pico de Orizaba.
Con una serie de diapositivas mostró el comportamiento de las placas tectónicas como la de Cocos y la de Norteamérica que cuando se mueven chocan y lo que esto provoca en los volcanes, así como el comportamiento del flujo piroclástico cuando sale.
Sobre las emisiones que desde que reinició su actividad está lanzando el Popocatépetl, dijo, se componen de gases, vapor de agua, CO2, azufre, cloro y en menor medida flúor. La ceniza no causa daño, siempre y cuando no se esté cerca del cono del volcán, porque la temperatura con la que sale es muy alta.
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