ambar-resguardo-insectosInvestigadora mexicana analiza especies atrapadas en el Mioceno y las compara con las actuales

Los insectos también tienen su historia; cómo fueron algunos hace millones de años, en tamaño y estructura, se revela en especies que quedaron atrapadas en el ámbar que hoy son fuente importante de estudio para los taxonomistas que buscan conocer la diversidad entomológica del pasado.

 

Una estudiosa de este tema es la doctora Mónica Solórzano Kraemer, investigadora del Museo de Historia Natural Senckenberg de Alemania, quien habló de los estudios que lleva a cabo en bosques de bursera y manglares de Chiapas, donde se encuentran las especies productoras de  resina de ámbar.

Invitada al XLVII Congreso Nacional de Entomología y Primer Congreso Latinoamericano de Acarologia, que se llevó a cabo en el Complejo Cultural Universitario de la BUAP, la especialista habló de los modernos sistemas que actualmente se utilizan en el análisis de las especies atrapadas en estas piedras de color amarillo que tienen millones de años.

“El análisis de insectos atrapados en ámbar, que datan de la época del Mioceno, no se puede realizar con un microscopio común, para hacerlo es necesario utilizar la microtomografìa y el sincrotrón, que es un acelerador de partículas, que permite verlo en tres dimensiones y en diversas posiciones”, comentó.

Durante su conferencia magistral “Comunidades y Paleocomunidades. Comparación de la fauna insectil fósil del ámbar mexicano con la fauna insectil de la costa del Pacifico de Chipas”, Solórzano Kraemer advirtió a los especialistas presentes que para conocer la diversidad del pasado no basta con estudiar sólo la fauna, sino responder preguntas sobre: ¿cómo vivieron y se distribuyeron a través del tiempo?, entre otras.

Analizando las especies que se encuentran atrapadas en ámbar, que forman parte de las colecciones de museos de historia natural de diversas partes del mundo, encontró que son especies extintas, pero que pudieron ser parte del pasado de las actuales especies.

Coincidió en lo dicho por expertos que participan en este congreso organizado por la Escuela de Biología de la BUAP y la Sociedad Mexicana de Entomología, en el sentido de que los insectos tienen una gran capacidad de adaptabilidad que les ha permitido sobrevivir millones de años.

Al analizar parte de la fauna que recolecto a través de diversas trampas instaladas en los bosques chiapanecos, encontró que existe una gran diversidad de especies que consideró necesario preservar y conservar y una forma es a través de la educación y concientización de habitantes y autoridades, para no modificar los entornos.

“Las Reservas ecológicas que conservan y preservan un habitan natural con todos sus organismo se tienen que conservar, porque es nuestra única fuente de diversidad; para no perder lo que ya se tiene, lo que se ha desarrollado a lo largo de millones de años a pesar de las eras de hielo, se tiene que educar en importancia que tiene la biodiversidad”, comentó la especialista.

Habló de las diferentes familias de insectos encontradas en ámbar y de lo complicado que resulta su descripción. Se requiere de muchas horas de investigación y de especialistas, sin embargo, los taxonomistas son cada vez menos y los apoyos para este tipo de investigaciones es menor en todo el mundo.

Finalmente la taxonomista mexicana, que decidió iniciar esta investigación, después de tener un insecto atrapado en un ámbar en las manos, agradeció a los investigadores de la Universidad de Bonn, Alemania, donde realizó su doctorado, el apoyo y los conocimientos para continuar con este estudio.