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+Un triunfo que alentó a otros países en la defensa de su soberanía
+Los poblanos mostraron su solidaridad y resistencia ante el Sitio
La Batalla del 5 de Mayo por sus características se convirtió en ejemplo internacional de lo que significa la defensa de la soberanía nacional; el triunfo reflejó la conciencia republicana y los poblanos mostraron su solidaridad y capacidad para resistir el Sitio, afirmó el doctor Humberto Morales Moreno, investigador de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Investigador de hechos históricos trascendentales, el Doctor en Historia por la Universidad de París 1, señaló que cuando esta batalla, que se libró en territorio poblano en 1862, fue ganada por el ejército mexicano, el triunfo sobre el que era considerado el mejor ejército del mundo, como el de Napoleón III, se convirtió en aliciente para otros países:
“El triunfo del 5 de Mayo marcó en Estados Unidos el debate por la defensa del republicanismo, algo muy importante para ellos, ya que sirvió de pretexto para que el gobierno de la Unión Americana marcara su raya con las monarquías europeas”, en tanto que para “países de Sudamérica como Perú, Chile y Argentina fue la señal de que sí se podía sacar a los europeos del continente americano”.
Para la mayoría de los mexicanos-norteamericanos, sobre todo los que viven en California, Texas y Nueva York, ésta es una fiesta de su propia identidad y hacen grandes celebraciones; “es tan significativa, que el gobierno norteamericano la festeja en la Casa Blanca y considera este triunfo como la segunda independencia de México”, comentó el también autor de libros y artículos científicos.
Un triunfo nacional
La Batalla de Puebla dio origen al nacimiento de la nacionalidad mexicana, porque es cuando surge realmente el patriotismo republicano que no existía antes y que se revela en la respuesta que al llamado de Juárez hicieron hombres y mujeres para la defensa de la patria.
Profundizando en el estudio de documentos históricos, tanto militares como civiles, el Doctor Morales Moreno encontró que para hacer frente a la invasión francesa en Puebla se reunieron batallones de soldados y gente improvisada que llegaron de diez estados de la República, entre ellos: Nuevo León Michoacán, San Luis Potosí, Estado de México, Guanajuato y Oaxaca, lo que convierte esta batalla en una contienda nacional.
Terminando con el mito de que la Batalla fue ganada en su mayoría por los poblanos, el Investigador de la BUAP aclaró que antes de la llegada del ejército de Napoleón III a México, Puebla no tenía un batallón militar, éste se formó cuando los indígenas provenientes en su mayoría de Tetela y Xochiapulco (el grupo de zacapoaxtlas era el más pequeño), responden al llamado de Juárez.
Es un ejército nacional el que se la juega antes, durante y después de la Batalla del 5 de Mayo. “Es por ello que en la conmemoración se debe reconocer la participación de todos los batallones que intervinieron en la derrota del ejercito que encabezaba el General Charles Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez.
Todo está documentado en la historiografía militar mexicana, fuente importante de consulta donde se encuentran los partes de guerra que enviaban los generales al mando, para informar sobre la situación que prevalecía en el campo de batalla.
“Mucha gente no sabe que el General Ignacio Mejía era Gobernador militar de Oaxaca, cuando Benito Juárez decide enviarlo a Puebla para apoyar al General Ignacio Zaragoza, llegó a ser tan importante su desempeño que el mismo Zaragoza le pide al entonces Presidente que lo nombre Gobernador de Puebla, para que él pueda salir a pelear contra Lorencez y perseguirlo a Orizaba”, recordó.
Esta propuesta fue aceptada por Benito Juárez y después del 9 de mayo de 1862 el General Mejía se hace cargo del gobierno poblano, en el que permanece hasta la muerte de Zaragoza en septiembre del mismo año, “lo que significó que el Batallón de Oaxaca fuera el encargado de cuidar Puebla durante esos cinco meses”.
Los poblanos, ejemplo de solidaridad y resistencia
Humberto Morales Moreno destacó que los poblanos tuvieron que mostrar su fortaleza para resistir las adversidades que genera una guerra no sólo durante la batalla contra el ejército francés; su ubicación cercana a la capital provocó que desde 1821, en varias ocasiones, se vieran sitiados y en medio de dos fuegos enemigos.
“Los habitantes de la ciudad de Puebla se comportaron de forma ejemplar y el propio Ignacio Zaragoza lo reconoce en sus cartas posteriores al triunfo, donde señala que la población colaboró con comida y hospedaje, servicios médicos no sólo para los heridos mexicanos, sino también para los franceses, así como en el entierro de la gran cantidad de muertos que dejó la batalla”, recordó.
Pero también los poblanos ayudaron en el financiamiento de esta guerra y resistieron estoicamente durante cinco años el Sitio francés. Por lo tanto cuando se habla de una Puebla monárquica y reaccionaria que no quiso saber nada de la República, se refieren al clero católico que había apostado por el Imperio y a los reaccionarios que estaban en contra las reformas de Ignacio Comonfort.
“Pero ellos no eran la población. La mayoría de los poblanos se la jugaron palmo a palmo con los republicanos; esto lo revelan registros de contabilidad que muestran los gastos que hicieron durante y después de la Batalla del 5 de Mayo, que se encuentran en los archivos del Ayuntamiento del Municipio de Puebla”, agregó el académico de la Facultad de Filosofía y Letras.
Fue tal el gasto realizado en cinco años de resistencia permanente, que el ayuntamiento poblano de la época le pide al Gobierno de Juárez que indemnice a la ciudad por el Sitio, lo que el Presidente acepta y ordena se les pague con bienes decomisados a la Iglesia.
En el país, concluyó Morales Moreno, había un gran sentimiento republicano del que Ignacio Zaragoza se dio cuenta; ese es ejemplo que México le dio al mundo: una lucha por el respeto a la soberanía de los pueblos, donde considera que los conflictos y diferencias deben dirimirse por el derecho y no por la fuerza.
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