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A pesar de ser una excelente opción para reordenar el transporte público y ofrecer un mejor servicio a los usuarios, los diez sistemas BRT (Bus Rapid Transit) implementados en México aún no alcanzan su nivel de cumplimiento óptimo debido a deficiencias en la construcción de las líneas, en la supervisión de la obra, en el diseño del sistema y en las tareas de mantenimiento.
Así lo identificó la asociación civil El Poder del Consumidor, que de agosto a octubre de 2011, realizó un estudio comparativo evaluando cada una de las cinco líneas del Optibús en León, las tres líneas de Metrobús en el DF, la línea de Macrobús en Guadalajara y la de Mexibús en el Estado de México.
“Todas le quedan a deber al usuario. Nuestra intención con este estudio es contribuir a promover una mejora continua que permita que estos sistemas de transporte público ofrezcan a los pasajeros la calidad en el servicio que de ellos se espera”, señaló Gerardo Moncada, coordinador de Transporte Eficiente en El Poder del Consumidor.
El análisis siguió las pautas establecidas en la Guía de planificación de sistemas BRT, elaborado por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por su sigla en inglés), pero la valoración de cada aspecto del sistema y su jerarquización fueron definidas de acuerdo a las prioridades expresadas por los usuarios del transporte público, quienes previamente al estudio señalaron sus necesidades primordiales: un transporte rápido, que llegue lo más cerca del destino buscado y que tenga un costo razonable. Como complemento, que sea seguro, confortable y no contaminante.
Para satisfacer estas necesidades, se evaluaron aspectos como integración tarifaria, integración modal, grado de saturación en las estaciones, velocidad comercial, frecuencia del servicio, seguridad vial, seguridad personal, profesionalización del sistema, accesibilidad y confort dentro del autobús, información al usuario, existencia de un Centro de Control, incidencia sobre el espacio público que rodea al corredor BRT y emisión ostensible de humo por parte de los autobuses.
En general, las deficiencias identificadas en la mayoría de los sistemas BRT –cada uno en distinto grado- fueron: ausencia de integración tarifaria, deficiencias en la frecuencia del servicio, baja velocidad y pérdida de confort en hora de máxima demanda, así como falta de policías de tránsito y de seguridad pública a lo largo de los distintos corredores.
En particular, este fue el nivel de cumplimiento de cada corredor BRT:
1° Línea 5 Optibús - 72.24%
2° Línea 4 Optibús - 71.11%
3° Línea 3 Optibús - 71.05%
4° Línea 2 Optibús - 69.91%
5° Línea 1 Optibús - 69.88%
6° Línea 1 Metrobús - 68.27%
7° Línea 3 Metrobús - 66.62%
8° Línea 2 Metrobús - 64.33%
9° Línea 1 Macrobús - 52.66%
10° Línea 1 Mexibús - 52.00%
"Los sistemas BRT representan avances significativos en la calidad del servicio de transporte público, con respecto a los sistemas convencionales. Sin embargo, cuando el sistema no cumple con las características de diseño que garantizan su vigencia, genera la percepción de que no es tan bueno como se dice. Por eso es fundamental identificar las deficiencias que prevalecen, a fin de atenderlas y elevar la calidad del servicio", comentó Javier Hernández Hernández, jefe de la carrera de Ingeniería en Transporte de UPIICSA-IPN.
El estudio también evaluó rutas de transporte público convencional de las ciudades de México, Guadalajara y León, así como del Estado de México en la zona conurbada al DF. Los resultados indicaron que los sistemas BRT han incrementado la calidad del servicio entre 225% y 246%, de acuerdo a los parámetros de este estudio.
Acerca de esa diferencia, Gabriel Tarriba, consultor del Instituto Mexicano para la Competitividad, IMCO, señaló: "La mala movilidad es un lastre para la competitividad y la calidad de vida en las ciudades. Tan sólo en la Zona Metropolitana del Valle de México, la movilidad deficiente ocasiona pérdidas anuales de más de 3 mil pesos a cada trabajador (lo que representa un total de 33 mil millones de pesos al año). Mejorar la movilidad implica posicionar al transporte público como una alternativa viable al automóvil particular. Pero es difícil mejorar lo que no se puede medir. Por eso este estudio es una invitación a las ciudades para que anclen sus programas de movilidad en metas y resultados concretos, partiendo de las mejores prácticas nacionales e internacionales".
Y es que las fallas en los sistemas BRT han propiciado su rechazo por parte de algunos sectores, quejas de los usuarios y resistencias para la implementación de nuevas líneas BRT por parte de vecinos, comerciantes, transportistas e incluso autoridades locales.
“Para superar eso proponemos realizar una planeación rigurosa de los sistemas BRT con visión de mediano y largo plazo, una supervisión estricta de su implementación y mantenimiento, comunicación constante con todos los actores antes y después de la instalación del corredor BRT, crear un fideicomiso que centralice la recolección del recaudo y distribuya los pagos bajo esquemas integrados a lo largo del sistema, crear una tarjeta inteligente como medio único de pago para los diferentes modos de transporte, re-programar el servicio para elevar su frecuencia de paso y aumentar la oferta de autobuses e implementar carriles de rebase para optimizar el servicio, entre otras medidas”, comentó Daniel Zamudio, responsable de Transporte Público en El Poder del Consumidor AC.
La asociación anunció que el próximo año realizará nuevamente esta evaluación para incluir los sistemas que ahora están en desarrollo, como las nuevas líneas de Mexibús, el Metrobús de Puebla y la línea 4 de Metrobús del DF.
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