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EL SURCO
Son las ocho de la mañana en la junta auxiliar de San Baltasar Tetela, pequeña población de seis mil habitantes ubicada en el extremo sur de la ciudad capital, aquí se ubica la panga para trasladar personas al otro lado de la presa.
Lástima que no podamos invitar a un paseo en lancha, el lirio acuático que como gigantesca plaga se come la presa, y la alta contaminación, lo impiden. Sin embargo, el panorama se nota atractivo, el potencial turístico es alto pero esta desaprovechado.
Pedro Morales Maravilla es el presidente de esta junta auxiliar, éste, dice, es un pueblo tranquilo, la mayor parte de los adultos salen a trabajar a la ciudad de Puebla, en la junta sólo quedan algunos pequeños agricultores y ganaderos.
Destaca el presidente auxiliar que San Baltasar Tetela que esta es una de la pocas juntas auxiliares, de las 17 que tiene el municipio de Puebla, cuyas tierras agrícolas no han sido aún absorbidas por el crecimiento de la capital, la que amenaza con eliminar todo vestigio agrícola.
Desde San Baltasar Tetela puede observarse la amplitud de la presa construida a finales de la década de los 40 para regar más de 30 mil hectáreas en el distrito de Tecamachalco.
Por el azolve y la contaminación la presa ha perdido casi el cincuenta por ciento de su capacidad, hoy no riega más de 18 mil hectáreas de de cultivos de tallo alto, como maíz y alfalfa, desde hace por lo menos 25 años se prohibió el riego de hortalizas por el riesgo a la salud de la población.
El presidente auxiliar comenta que desde que la presa llegó a niveles de contaminación elevados dejó de beneficiar a las comunidades.
La contaminación de la presa, dijo, nos perjudica, por las mañanas y tardes, noches, son miles y millones de mosquitos los que afectan a la población, existe riesgo de enfermedades.
Reconoce el presidente auxiliar que las plantas de tratamiento instaladas en el río Atoyac en algo han bajado los niveles de contaminación de la presa, esto ha permitido recuperar en algo la pesca, que hace muchos años era una importante actividad.
Afirma que el número de visitantes a la presa es muy bajo, son algunos grupos, dijo, lo que llegan los fines de semana, las condiciones no son buenas para el turismo.
Desde hace dos administraciones estatales se habla de un proyecto de rescate de la presa, se habló incluso de un presupuesto de cientos de millones de pesos para poner en marcha los trabajos, nada se ha hecho.
Se trata de un proyecto para el que quizás el gobierno del estado no tiene los recursos suficientes, sin duda, habrá recursos federales y privados. Lo que no se cuidó en más de medios siglo, hoy requiere una alta inversión para lograr el rescate.
En esta naciente administración nada se ha dicho sobre la presa, se ha hablado del rescate del río Atoyac, pero nada se ha hecho.
Se habla de un proyecto inmobiliario que se propone tomar todas las tierras disponibles en el sur de la ciudad para ampliar la zona urbana de la capital, proyecto que por supuesto dañaría la ecología y a miles de familias campesinas, simplemente se acabarían las reservas de tierra y bosque.
En este proyecto de inversión privada no se habla del rescate de la presa. Quizás se piensa que rescatar el Atoyac y otros afluentes la presa quedará limpia al recibir aguas tratadas, pero lo particulares n o se meten en esto, ellos sólo invierten en desarrollo urbano, sobre todo vivienda y comercio, es lo único que les interesa.
Lo cierto es que no existe información oficial sobre el tema, en los hechos sólo se ven despojos de tierra a campesinos del sur, construcción de fraccionamientos, crecimiento constante de la ciudad hacia el sur.
Valsequillo con sus más de tres mil hectáreas de agua, puede ser el pequeño mar de Puebla, si la presa estuviera limpia el potencial turístico sería enorme: Pesca deportiva, paseo o competencia en lancha, cabañas, hoteles, restaurantes, gastronomía, deportes, etc.
Lo cierto es que desde su construcción la presa de Valsequillo no tuvo como meta el turismo sino el riego de cultivos, las comunidades aledañas poco se han beneficiados del lago, la producción piscícola pudo ser una de las alternativas, habría mejorado en mucho la economía regional y estatal.
Sin embargo, nunca se pensó en utilizar la presa con esos fines, sólo para riego agrícola. En poco tiempo la presa empezó a recibir las aguas contaminadas del Atoyac, Alseseca y otros afluentes, fue hasta la instalación de las plantas de tratamiento cuando los niveles de contaminación bajaron un poco, las plantas son demasiado caras y su mantenimiento también, no se garantiza que las tres o cuatro que funcionan lo sigan haciendo.
Vamos a ver que dice el nuevo gobierno del estado respecto a Valsequillo, ha dicho en repetidas veces que lo que dice lo hace, vamos a ver qué proyecto tiene para la presa, quedan cinco años y medio de administración.
Me decía un ex funcionario municipal, todo lo que se hizo mal en contra del medio ambiente se tiene que corregir, es caro, dice, pero no hay de otra, lo mismo sucede con los ríos que descargan sus aguas en la presa, tienen que ser descontaminados, este es el primer paso para limpiar Valsequillo y convertirlo en un atractivo turístico. Parece un sueño, pero la sociedad y su gobierno tienen la palabra.
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