Las políticas e incentivos  que aplica el gobierno federal  para reducir la emisiones por deforestación y degradación de bosques  y para aumentar las reservas de carbono, (REDD) sólo contribuirá a una apropiación de tierras de las comunidades y pueblos indígenas.

Ivón Aguilar Oviedo, integrante de la   Red de  Mujeres por la  Dignidad  Indígena, afirmó que los gobiernos y empresas de los países industrializados sólo pagarán por la conservación de los bosques si obtienen a cambio derechos  sobre el carbono almacenado en dichos bosques, esto tendrá un  impacto particular sobre las mujeres  ya que  sus derechos de propiedad son menos seguros.

Comentó que las iniciativas REDD tal como están diseñadas actualmente, crean desigualdades e incentivos perversos, las mujeres tienen  funciones clave y diferenciadas en la conservación y restauración de los bosques.

El diseño de REDD implica que los actores recibirán créditos de carbono por reducir su deforestación, las mujeres son en general menos responsables de la deforestación y la degradación de los bosques, por lo cual, según este esquema, serían menos elegibles para recibir créditos de carbono.Expuso que la REDD como mecanismo de compensación no combatirá el cambio climático ya que desvía  la responsabilidad  por la mitigación desde el norte hacia el sur.

Indicó  que los contratos para proveer permisos de contaminación a empresas dependientes de los combustibles fósiles dañarán  potencialmente a comunidades de otras partes que sufren por la extracción y la contaminación de la cual dichas empresas son responsables, mujeres  y niñas de estas  comunidades  soportan una parte desproporcionadamente mayor de esta carga, por esa razón, las compensaciones de carbono  forestal no tienen impacto sólo sobre las comunidades indígenas del sur.

Expuso que  la comercialización de la vida y los mercados son incompatibles con la cosmología indígenas y tradicional y una violación de lo sagrado, las mujeres, como poseedoras de al menos la mitad del conocimiento tradicional son esenciales para la preservación y práctica viva de este conocimiento.

Lo que se necesita, dijo, es la  implementación de proyectos basados en los derechos de las mujeres, fortalecedores de la justicia de género y centrados en la gente, estos proyectos deberían generar beneficios ambientales y sociales para  hombres y mujeres, queremos mecanismos sensibles al género, equitativos y justos, que no repitan los errores del pasado promoviendo la plantación de árboles en monocultivo.

Afirmó que los fondos deberían de invertir en programas que respalden directamente  las formas alternativas de conservación y  restauración de los  bosques, basadas en los derechos,  que ya se sabe que funcionan, entre estos  figuran territorios indígenas y zona de conservación comunitaria que incorporan y aseguran  la justicia de  género.