CARNE DE CERDO No existe ningún problema zoosanitario ni impedimento para mantener la preferencia por el consumo de alimentos derivados del cerdo ni sospecha de ninguna nueva enfermedad, afirmó categórico el Dr. José Iván Sánchez Betancourt, Jefe del Departamento de Producción Porcina de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. Descartó que se tenga  presente o en perspectiva de corto o mediano plazo, una situación similar a la experimentada en 2009 ante la presencia de la Influenza A H1N1.

“Pero ello no exenta a la investigación que da seguimiento a la presencia de una enfermedad mundial en diferentes especies”, agrega el documento.

Entrevistado respecto de un nuevo virus con características de mutación que pudiera representar algún riesgo para la salud de la porcicultura y su posible transmisión a los humanos, afirmó que la porcicultura nacional no está en riesgo y mucho menos que la población del país esté expuesta a la posible presencia de algún tipo de enfermedad derivada de un virus o bacteria de los cerdos que pudiera poner en riesgo la salud de los mexicanos.
Aseguró que los virus que se han aislado no tienen mutaciones que pongan en riesgo la salud de las personas, pero tienen cambios que deben ser estudiados como parte de la estrategia de la salud animal en beneficio de la porcicultura mexicana y que permiten el intercambio de información con autoridades sanitarias de nuestro país.
“El fortalecimiento constante de las medidas de bioseguridad e inocuidad, tanto en granjas como en establecimientos TIF, nos han permitido la entrada a nuevos mercados de comercialización  a nivel internacional, como es el caso de la preferencia de China, y el incremento de las exportaciones  a Japón, Corea, Singapur y Estados Unidos”, apuntó.
Prueba de ello, dijo, es que entre 2010 y 2012, las exportaciones de carne de cerdo mexicana y sus derivados a países como Japón, Corea, Singapur y Estados Unidos, se incrementaron en más del 22 por ciento, al pasar de 58 mil 082 toneladas, a 71 mil 028, que representaron divisas al país por 380 millones de dólares.
Destacó que en todo el mundo los gobiernos de los países, las instituciones académicas y organizaciones relacionadas con la salud animal y humana –y México no es la excepción—se realizan proyectos de investigación con propósitos muy claros de proteger la salud humana y estudiar detalladamente diversos tipos de enfermedades consideradas “zoonóticas” (que se transmiten a los humanos) para estar alertas sobre posibles contagios.
“Este es un proceso normal y dista mucho de que tengamos un problema presente o de futuro próximo, sin que la sociedad esté debidamente informada”.
Explicó que estas investigaciones se realizan de forma cotidiana con la finalidad de conocer mayores detalles sobre diferentes virus o bacterias que puedan afectar a la población nacional.
“Los técnicos y científicos en la materia de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, realizan pruebas de alta tecnología en laboratorios especializados, como parte del Protocolo de Investigación para ser comparados con otros trabajos que realizan investigadores de muchos países, miembros de la Organización Internacional de Epizootias y de la Organización Mundial de la Salud”.
Tras recordar que en 2009 una mala interpretación que relacionó a la influenza AH1N1 con la porcicultura provocó la caída del consumo nacional con daños económicos superiores a los mil 280 millones de pesos, llamó a no difundir informaciones falsas que pongan en riesgo la cadena productiva, que genera 8 millones de empleos.
“La información sustentada en sus investigaciones realizadas en laboratorios de la propia Facultad, tienen el propósito fundamental de dar seguimiento a estudios que se deben realizar por compromisos académicos entre instituciones académicas e institucionales, pero hasta el momento no hay evidencia de que estos cambios en los virus obtenidos les permita infectar a los humanos, aunado a ello es pertinente aclarar que no existe ningún problema sanitario relacionado en las granjas porcinas”
Finalmente reafirmó que el monitoreo de influenza se debe seguir haciendo como parte de la vigilancia de enfermedades que pueden afectar también a otras especies y que no existe ningún riesgo para el consumo de productos mexicanos de origen porcino, tanto frescos como procesados.