ALIMENTACIÓN Datos del último reporte de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacan que en los últimos años, México avanzó en la reducción de su dependencia alimentaria al pasar de 12 a siete por ciento, señaló el Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Francisco Mayorga Castañeda. Mayorga Castañeda indicó que en esta administración se dieron cambios en la forma de manejar el presupuesto, al transparentarse el uso y otorgamiento de los recursos públicos “con nombre y apellido”, así como la reducción de subsidios en el sector rural.

Consideró que uno de los retos en el campo mexicano es reforzar las políticas públicas que impulsen la producción de alimentos y reducir la dependencia alimentaria y pobreza en el sector.

En este sentido, afirmó que se dejan sentadas las bases para potenciar la producción agroalimentaria en el sur-sureste del territorio nacional, a través de programas que incentivan el desarrollo de los pequeños productores con esquemas como de mejoramiento genético, desarrollo de capacidades y Extensionismo Rural, entre otros.

En su mensaje puntualizó que esta administración deja un legado sustentado en mayores inversiones en bienes públicos al servicio de productores y consumidores, relacionados con temas actuales y en línea con los retos presentes y futuros, como son la genética, biodiversidad, sanidad, infraestructura para la investigación, administración de riesgos, estudios e información, así como programas estratégicos para un desarrollo sustentable en el sector.

Abundó Mayorga Castañeda que su compromiso al frente de la SAGARPA fue colocar una agenda más enfocada hacia el terreno económico, social y medioambiental.

“Esta ha sido la respuesta, clara y oportuna, del Gobierno de México a desafíos para la agricultura moderna y del futuro, tal es el caso del cambio climático, la volatilidad de los precios internacionales y la menor disposición de recursos naturales”, subrayó el Titular de la SAGARPA.

Destacó como ejemplo el trabajo conjunto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt), instancia con la que en 2011 la SAGARPA lanzó el Programa de Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MASAGRO), una de las políticas más importante para el sector rural en los últimos años.

Señaló que en el mismo año la Secretaría puso en marcha los centros Nacional de Recursos Genéticos y el de Cooperación para el Desarrollo de los Trópicos, así como el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGEBIO).

En infraestructura para la investigación, destacó la ampliación del Laboratorio de Modelaje de Clima y de la Red de Estaciones Agroclimáticas; la recuperación del banco de germoplasma de frijol y pastos, que estaba en un centro de Colombia, y la puesta en marcha de la Estación de Recepción de Imágenes de Satélite, útil para la planificación agropecuaria.

Citó también los laboratorios de Diagnóstico para la Detección de Organismos Patógenos y el de Detección de Organismos Genéticamente Modificados, así como el barco de investigación del Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA), actualmente en construcción.

Respecto a la administración de riesgos —donde México es uno de los países más avanzados en el tema— mencionó la puesta en marcha de un esquema particular de atención a desastres naturales en el sector agropecuario y pesquero, de lo que siguió el instrumento de seguros catastróficos.

La SAGARPA, enfatizó Mayorga Castañeda, también presentó una Unidad de Inteligencia Sanitaria del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) para dar seguimiento, en tiempo real, a plagas y enfermedades, y el listado de maíz en el mercado de derivados, con un tamaño de contrato de 25 toneladas y negociado en pesos.

En cuanto a programas estratégicos, distinguió la instrumentación del MASAGRO, que está vinculado con dos de los productos fundamentales para la alimentación: maíz y trigo, y el fomento de la agricultura de conservación, en beneficio directo a los productores de menor escala.

En el mismo renglón situó a los programas de Trópico Húmedo y el Especial de Seguridad Alimentaria (PESA), además del Proyecto de Desarrollo Transversal de Desarrollo de las Zonas Áridas (PRODEZA).

“Los dos últimos corresponden a políticas diferenciadas porque así lo requieren las características de nuestro país y sus productores”, comentó.