PORCICULTORES“El campo aún encierra un gran potencial productivo y generador de empleos, y jugará un papel relevante en la estrategia de desarrollo nacional en la próxima administración”. La falta de políticas públicas a favor del sector primario ha provocado que México incremente su dependencia alimentaria pues actualmente se importa el 61.55 por ciento de la demanda de maíz; el 70 por ciento de arroz y 90 por ciento de oleaginosas, reconoció Rigoberto Espinosa Macías, presidente de la Confederación de Porcicultores Mexicanos.

Destacó que México está llamado a convertirse en un país realmente desarrollado, y manifestó su confianza de que en los próximos seis años, Peña Nieto ubicará al país en esa ruta, alcanzando alto potencial productivo en un periodo máximo de 20 años, pero “En los próximos seis se establecerán las bases para alcanzar ese estatus, empezando por reducir de manera notable las importaciones de alimentos”.

 

Poner al campo en un primer plano en el esquema de desarrollo, no es imposible. Lo han logrado países que hace 30 o 40 años se encontraban en las condiciones en que ahora se encuentra México, y puso como ejemplo a Brasil, China, Corea, Singapur y Hong Kong.

Se refirió en particular a la importancia de la porcicultura nacional y dijo que está llamada a convertirse en una de las más dinámicas como proveedora de alimentos y proteínas de origen animal, generadora de empleos y divisas para la economía nacional.

Carlos Ramayo Navarrete anterior presidente de la Confederación de Porcicultores Mexicanos, advirtió que este sector es capaz de aumentar niveles de producción y productividad como lo demanda la población del país, pero se requiere financiamiento con tasas preferenciales, regular importaciones de carne y mantener condiciones sanitarias para tener acceso a mercados internacionales,

Demandó al próximo gobierno estrategias de política de impulso a la actividad con nuevas inversiones y seguridad en la comercialización, pero, sobre todo, cumplimiento de compromisos.

El sector porcícola ha sido mermado por importaciones de carne congelada de varios meses en un volumen de 811 mil toneladas solamente en 2011, lo cual equivale al 60 por ciento de las necesidades de demanda. Así, dijeron los dirigentes, México se convirtió en el primer receptor de piernas de cerdo y otros cortes especiales de la Unión Americana, lo cual consideraron como una competencia desleal de instituciones del gobierno federal, por la flexibilidad en las normas de calidad y de sanidad.

“Si bien el mercado nacional de carne de cerdo es creciente y ofrece ventajas comparativas de sanidad, frescura del producto y calidad reconocida mundialmente, hacen falta estímulos de programas para detonar inversiones sin recurrir al exterior”.

Por estas carencias, apuntaron, se dejaron de invertir más de 1,200 millones de dólares; se perdieron un millón 200 mil empleos en esta actividad, mientras que el padrón de productores se redujo a una tercera parte, solamente en los últimos doce años.

Establecieron el compromiso de que, en los próximos seis años, se podrá recuperar el ritmo de producción y productividad a precios competitivos, apertura de nuevos mercados internacionales, particularmente asiáticos donde se tiene gran capacidad de compra y preferencia por la calidad y sanidad de México.

Exigieron créditos de mediano y largo plazos con tasas de competencia y lealtad en las relaciones de intercambio comercial de parte del gobierno. “Lo demás, lo hacemos nosotros. Somos de los mejores productores del mundo”, afirmaron.