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En 18 meses los forrajes han doblado su precio y analizan sacrificar 10 mil vacas al mes. Proponen que gobierno e industriales paguen más por el lácteo que compran y programas de apoyo que abaraten insumos
Más de 100 mil pequeños y medianos ganaderos lanzaron un llamado de auxilio al gobierno federal y a la sociedad para no desaparecer ante el bajo precio que reciben por la leche y los altos costos de producción que se han elevado por la crisis del maíz forrajero, afirmó el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz.
Esto, dijo en entrevista, debido a la “inflación galopante” que experimentan los alimentos, balanceados, forrajeros e insumos veterinarios, agravado por el rígido control del precio del litro de leche por parte del gobierno federal y los industriales, el cual se ha estabilizado en 5.50 pesos, cuando en realidad producir un litro del líquido cuesta a los lecheros un mínimo de 7 pesos.
Simplemente el maíz, la soya y el sorgo, todos de importación, han aumentado a más del doble su precio en los últimos 18 meses, mientras que el litro de leche sólo lo ha hecho en alrededor de un peso. Así, más de la mitad de los productores corren el riesgo de desaparecer por incosteabilidad de su trabajo, el esquema productivo lechero y la falta de apoyo gubernamental.
“Estamos desesperados y sin contar con alternativas de solución en el corto plazo, porque requerimos de unas 5 millones de toneladas de maíz amarillo al año para alimentar a las vacas y no contamos con recursos para adquirirlas”, manifestó.
El dirigente explicó que México es el quinto país en importancia mundial con respecto a los alimentos balanceados para el ganado y el tercero de América Latina con una demanda de 30 millones de las cuales se importan 2 millones de toneladas anuales, a fin de hacer una mezcla que lleva 50 por ciento de maíz amarillo más melaza, proteína y fibra.
Sin embargo, apuntó que la lechería nacional lleva la misma ruta del huevo, con la diferencia de que la leche es un producto altamente perecedero que, en unas horas, se puede echar a perder, de manera que la decisión desesperada que han tomado los productores es en el sentido de que, si no hay una mejoría en breve tiempo, más de 10 mil vacas lecheras mensualmente, pueden ir a parar al matadero.
Una propuesta para salir de este problema, destacó, consiste en que el gobierno federal y los industriales aumenten el precio de compra de leche a los ganaderos y que, simultáneamente, se autoricen programas que tengan el objetivo de abaratar el precio de los insumos o apoyar a los productores para adquirirlos.
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