TITO“Pronóstico volátil” se advierte para los productores de ganado porcino en los próximos meses. La sequía atípica –fantasmal, porque nadie la vio venir- en Estados Unidos que elevó el costo del maíz, tiene a una buena cantidad de porcicultores nacionales en vilo.

“Pronóstico reservado”, diría el clásico deportivo.

Sólo la presencia de lluvias, también atípicas, que lleguen como un providencial home run en la novena entrada con 2 outs y casa llena, o un gol en tiempo de compensación, podrían salvarlos.

 

La lógica en este caso resulta contundente: 75 por ciento del coste de la producción de cerdos se sustenta en el grano y cualquier variación a la alza o a la baja, determina la posición de la ganancia con respecto al punto de equilibrio. Cuanto más alto el coste, cuanto menos la ganancia y viceversa.

Tito Tablada Cortés, director de relaciones públicas de Granjas Carroll de México, una empresa big leaguer, con una producción anual de un millón 200 mil cerdos, tiene en claro un escenario: los medianos productores podrían salir del mercado debido a la presión que ejercen sobre ellos los altos precios de los granos; acaso los pequeños, por su bajo consumo, y los grandes, que tengan economía a escala que les permita prorratear, podrán salir adelante.

Granjas Carroll, tomó sus previsiones sin saber la catarsis climatológica que sobrevendría en la Unión Americana, y compró maíz con “precios a futuro”, una suerte de blindaje temporal, eso le generó un rendimiento mayor ante la escalada del precio, y a mediano plazo, cuando tengan que salir al mercado a comprar caro, le permitirá estabilizar sus costos y mantener su beneficio económico.

Tablada Cortés no es un publirrelacionista común, al menos no sólo eso, habla de asimetrías del mercado, de ciclos de consumo, de soberanía alimentaria y de su amplia diferencia cualitativa con la seguridad alimentaria, que suena igual, pero no es lo mismo.

Lo que está faltando –dice en entrevista con Conexión en Línea- es que la proveeduría de insumos básicos que conforman la mayor parte de la estructura de costo, que en este caso es el grano, no se están produciendo a nivel nacional y se tienen que importar, con todas sus agravantes.

Se apoya con un dato de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés): un país debe producir el 75 por ciento de lo que consume para evitar sobresaltos.

Retoma la agricultura por contrato y la expone como una de la posibilidades para lograr la soberanía alimentaria; Carroll inició un proyecto de este tipo en Cuyoaco -municipio asentado en el valle Libres-Oriental- que le permitirá comprar 20 mil toneladas de cebada a precios pactados.

“Este es el presente, es la única manera de sustituir importaciones, de hacerle caso a la FAO, es lo que necesitamos para que por un punto porcentual que se aumente el PIB pecuario de una región, estado o país, se genere un ingreso de 2.5 veces.

“Es la única forma que tenemos para reactivar el mercado interno y generar riqueza, auto-abasto y soberanía alimentaria, las condiciones están dadas”, concluye.