HUEVOMéxico no ha sido ajeno a los efectos de las crisis alimentarias y existe el riesgo de que deriven en violencia social porque han vulnerado la economía de las familias, sobre todo, de aquellas de menores ingresos y en este contexto se ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad y abandono que existe en el campo mexicano.

Gerardo Sánchez García, presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) consideró que lo más grave se está empezando a presentar: los países exportadores prefieren proteger la comida de sus habitantes que venderla, situación que se agudiza por el cambio climático.


 

Basado en estudios de la Fundación Colosio aseguró que el fenómeno de los altos precios en los alimentos ha llegado para quedarse, por lo que los tiempos de la comida barata parecen haber terminado, lo que ha tenido ya impactos negativos en diversas economías, como desabasto de productos alimenticios, más carestía en los básicos, descontento y violencia social.

El dirigente campesino explicó que en un momento se prefirió comprar los alimentos en el exterior porque estaban baratos, pero ahora que se han encarecido y escaseado en el mundo, se comprende el error de no haber apoyado la producción nacional y los funcionarios no saben otra cosa que lamentarse por la carestía sin precedentes.

Precisó que tan sólo para este año se calcula la erogación de 25 mil millones de dólares en la compra de alimentos del extranjero, cantidad que en pesos mexicanos es mayor al presupuesto para el campo de 2012, autorizado por la Cámara de Diputados y que ascendió a 305 mil millones de pesos.

Se trata, dijo, de más de 327 mil millones de pesos, de casi 28 mil millones al mes o si se quiere más de 910 millones de pesos diarios, los que el gobierno dedica para comprar fuera del país los alimentos que los campesinos mexicanos pueden producir en México si ese dinero se destinara a darles los apoyos que necesitan.

Cabe señalar que el gobierno federal gastó más de 320 mil millones para seguridad nacional durante el sexenio, cifra similar a lo dedicado a la infraestructura carretera con más de 21 mil kilómetros construidos o modernizados, de ese tamaño es lo que representa el monto de las importaciones de alimentos.