uficHipólito Contreras

Para el  campo de Puebla  la SAGARPA  anunció  un presupuesto de  mil 700 millones de pesos este año, sin embargo, la mayor parte de estos recursos  van destinado para  empresas transnacionales de  desarrollo  agrícola, no existe  una visión que permita garantizar la  producción y abasto de alimentos, afirmó  Arturo  Coyotzin González,  dirigente de la  Unión  Fuerza  Indígena y Campesina.

 

Expuso que se debe  hacer  una revisión  profunda de las políticas agrícolas y de fomento agropecuario “sin que por ello nos señalen y acusen de añoranzas del pasado o de ser entes retardatarios y que no fomentamos el desarrollo”.

Indicó que los procesos de  globalización tienen la característica de concentrar y centralizara la  riqueza, es el mismo esquema que se aplica para el desarrollo del campo, no tenemos  políticas reales que garanticen que los beneficiarios sean los  minifundistas  y productores, los  subsidios tienen un manejo faccioso, no alientan   la producción, son manejados  ideológicamente en beneficios de unos actores  políticos que buscan seguir implementado este  tipo de  políticas en detrimento de las mayorías.

Opinó que en Puebla  no existen políticas de desarrollo  y fomento para los  minifundistas y pequeños productores de ejidos y comunidades,  Puebla, dijo, era hace muchos años productora de granos básicos, maíz  y frijol, hoy tenemos un balanza comercial agrícola deficitaria, hoy se tiene que importar  un gran cantidad de de alimentos.

Opinó  que si bien México exporta como el café, hortalizas y algunas  frutas exóticas, no quiere decir que las políticas agropecuarias  funcionen, creo que  el error está en creer que las cadenas productivas están enfocadas en ese  tipo de actividades, éstas deben ser para garantizar  lo primero, garantizar el derecho a la alimentación,  la seguridad alimentaria.

Comentó que  el programa de seguridad alimentaria  no cubre las expectativas de garantizar la alimentación de los habitantes, tenemos un desabasto de alimentos en las zonas rurales, lo  cual es una  paradoja y contradicción, deberían ser las productoras de los granos básico y abastecer los centros urbanos.

Expuso que el modelo de consumo está supeditado a las formas de consumo que nos han ido imponiendo las empresas  transnacionales, alimentos procesados que ponen en riesgo a la población de contraer  enfermedades congénitas como el cáncer.