En los últimos cuatro años en el estado de Sinaloa se ha presentado una enfermedad conocida como fusariosis, producida por un hongo del género Fusarium, el cual causa pudriciones desde raíz hasta mazorca.

Para combatir este problema los productores utilizan pesticidas químicos, lo cual no funcio na para este hongo porque permanece latente en el suelo por décadas a través de clamidosporas –estructuras de resistencia-, indicó el doctor Ignacio Maldonado Mendoza, profesor investigador del Departamento de Biotecnología Agrícola del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Campus Guasave en Sinaloa.

Por si fuera poco, en febrero del año pasado la entidad tuvo una helada que provocó la pérdida de más de 300 mil hectáreas de maíz, como consecuencia los productores buscaron semillas de otros lugares, trayendo consigo una nueva gama de enfermedades al estado.

Ante estudiantes de la Facultad de Ingeniería Química de la BUAP, el académico comentó que investigadores del IPN, buscaron microorganismos nativos con capacidad de antagonismo al crecimiento activo del Fusarium.

“Para esto se generó un banco de más de 11 mil 500 microorganismos, después de varios criterios de selección se obtuvieron 14 aislados que se están probando en plantas, de éstos hay tres promisorios que ya se experimentan en invernaderos para el control biológico de este hongo”, explicó.

El doctor Maldonado Mendoza indicó que las características que deben de tener estos microorganismos para ayudar a la planta son “que deben desarrollarse cerca en la rizósfera, para formar películas adheridas a la raíz evitando que crezcan estos microorganismos patógenos”.

Para ello serían adheridos a la raíces de las plantas directamente, en las semillas o a un costado al momento de sembrar, para que cuando las raíces se desarrollen alcancen a estos microorganismos.

“La finalidad es enriquecer en el campo a estos microorganismos para que se vayan quedando después de ciclos consecutivos y después no sea necesario aplicarlos, ya que estarán presentes en el suelo”, destacó.

Finalizó que el riesgo de no atacar un problema de este tipo es perder un recurso que le genera al país el 50 por ciento de la producción de maíz y al estado 600 mil hectáreas de este producto, que tiene una derrama económica de más de 14 mil millones de pesos, siendo así el insumo agrícola más importante para Sinaloa.