olivoCon el apoyo de paquetes tecnológicos y semillas de alta calidad genética, resistentes a plagas y enfermedades, el INIFAP busca detonar cultivos de olivo en regiones áridas de la República Mexicana.

En sólo un año, ha logrado potenciar la producción de olivo en Caborca, Sonora, que registra 10 toneladas por hectárea, rebasando el promedio de cinco toneladas.

 

Científicos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) han logrado desarrollar cultivos de olivo en la zona desértica de Sonora, con rendimientos 100 por ciento superiores a los promedios.

Desde el año 2010, el INIFAP trabaja este cultivo y, a la fecha, ha obtenido  resultados positivos, como lograr el potencial de producción de aceituna que registra las 10 toneladas por hectárea, rebasando el promedio de cinco toneladas.

Con el apoyo de paquetes tecnológicos y semillas de alta calidad genética, resistentes a plagas y enfermedades, se busca detonar cultivos de olivo en zonas áridas y semiáridas del país, con referencias de tecnificación que han probado su eficiencia en Israel.

En el municipio de Caborca, Sonora, principal zona productora de aceituna para mesa en México, se producen 12 mil 500 toneladas de aceituna al año y la generación de 160 mil jornales por ciclo para la cosecha y recolección.

En esta zona del norte del país, más del 90 por ciento de la superficie establecida con olivo se destina para la aceituna de mesa (en presentación de conservas).

De la producción total en el mundo, alrededor del 90 por ciento se destina a la fabricación de aceite y el 10 por ciento restante a la fabricación de aceituna de mesa.

Los investigadores del INIFAP han desarrollado técnicas de fácil alcance y adaptación por los productores, a través de estudios desarrollados en sus centros de investigación en el norte del país, para sustentar el cultivo de olivo y mejorar la productividad en zonas afectadas por el cambio climático.

El clima es un factor importante para sembrar olivo, el cultivo leñoso soporta temperaturas altas y no se muere, pero tampoco produce, así que requiere de cierta humedad para desarrollarse exitosamente.

El olivo puede resistir climas adversos todo el año, pero durante la floración las condiciones de humedad y temperatura deben ser indispensables, puesto que el polen es delicado y sin éste no hay crecimiento del fruto.

La mejor manera, dicen los expertos, de cultivar olivo es conocer los criterios técnicos que permitirán mejorar la productividad y competitividad de los huertos, por lo que plantar en ciertas etapas del año ayuda a mantener esta especie a salvo