FAO2Reportaje Primera Parte

La FAO plantea en la Conferencia de Durban cómo superar el reto energético y garantizar la seguridad alimentaria

Durban, Sudáfrica/Roma. - El sistema alimentario mundial necesita reducir su dependencia de los combustibles fósiles si quiere lograr alimentar a la creciente población del planeta, según advirtió hoy la FAO.

 

"Existe una preocupación justificada de que la actual dependencia del sector alimentario de los combustibles fósiles puede limitar la capacidad del sector para cubrir la demanda mundial de alimentos. El reto es desligar los precios alimentarios de las fluctuaciones y subidas de los precios de los combustibles fósiles", asegura un documento de trabajo de la FAO publicado hoy en el curso de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático.

Los elevados precios de los combustibles fósiles y sus oscilaciones, así como las dudas sobre su disponibilidad futura, implican que los sistemas agroalimentarios tienen que transformarse a un modelo "inteligente" a nivel energético, según el informe (Energy-Smart Food for People and Climate (Alimentos inteligentes a nivel energético para la gente y el clima).

El sector alimentario requiere energía y también puede producirla. Un enfoque "inteligente" en el uso de energía en la agricultura supone una manera de aprovechar mejor esta doble relación entre la energía y los alimentos, señalan los expertos.

El sector alimentario -incluyendo la fabricación de insumos, producción, procesado, transporte, comercialización y consumo-, supone cerca de 95 exajulios (1018 julios), según el informe. Se trata de alrededor del 30 por ciento del consumo mundial de energía, y más del 20 por ciento del total mundial de emisiones de gases de efecto invernadero.

El uso directo de energía en las explotaciones supone cerca de 6 exajulios anuales, excluyendo la energía de origen humano y animal. Algomás de la mitad se consume en los países de la OCDE.

En las explotaciones, la energía sirve para bombear agua, estabular el ganado, cultivar y recolectar, calentar los cultivos protegidos, el secado y el almacenamiento. Después de la recolección, se utiliza en el procesado, empaquetado, almacenamiento, transporte y consumo.

Nuevo enfoque para la agricultura: "El sector alimentario mundial necesita aprender cómo utilizar la energía de manera más sabia. En cada etapa de la cadena de suministro alimentaria las prácticas actuales pueden adaptarse para utilizar menos energía, según el Director General Adjunto de la FAO para la Ordenación de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Alexander Mueller.

Estos avances en la eficiencia pueden proceder a menudo de la modificación -con un coste mínimo o inexistente- de las prácticas agrícolas y de procesado existentes, añadió Mueller.

Los pasos que se pueden dar al nivel de la explotación incluyen el uso de motores más eficientes, el uso de compost y fertilizantes de precisión, el seguimiento del riego y el suministro de agua selectivo, la adopción de prácticas agrícolas sin laboreo y el uso de variedades agrícolas y razas animales menos dependientes de los insumos.

Después de la recolección, la mejora del transporte y las infraestructuras, un mejor aislamiento de las instalaciones de almacenamiento de alimentos, una reducción del empaquetado y del despilfarro de alimentos y dispositivos para cocinar más eficientes, ofrecen la posibilidad de reducir aún más el uso de energía en el sector alimentario. 

Hay que añadir las pérdidas que se producen en las explotaciones y en la fase post-cosecha, que suponen cerca de un tercio de todos los alimentos producidos, y toda la energía que se pierde o despilfarra con ellos, según indica la FAO.