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- Categoría: AGRARIAS
El Tratado internacional sobre los recursos fitogenéticos financia nuevos proyectos en su décimo aniversario
Roma - Los cultivos alimentarios tradicionales y otras variedades vegetales de todo el mundo necesitan protección urgente frente al cambio climático y demás presiones medioambientales, según subrayó hoy la FAO, en el décimo aniversario del Tratado Internacional para proteger y compartir los recursos fitogenéticos.
El Director General de la FAO, Jacques Diouf, pidió a los países que desarrollen políticas específicas para conservar y potenciar el uso de las variedades vegetales para las generaciones venideras. Diouf alabó la inyección de 6 millones de dólares EEUU disponibles a través del tratado para ayudar a los campesinos dedicados a los cultivos tradicionales a adaptarse al cambio climático.
"La conservación y uso sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura son claves para garantizar que el mundo produce alimentos suficientes para alimentar su creciente población en el futuro", señaló Diouf.
Diouf señaló que el acervo genético mundial de más de 1,5 millones de muestras de material fitogenético, gestionado de forma colectiva y multilateral por los países firmantes del Tratado Internacional sobre los Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura "constituye la base para más del 80 por ciento de los alimentos del planeta de origen vegetal y posiblemente nuestra herramienta más importante para la adaptación de la agricultura al cambio climático en los años venideros".
El "fondo de distribución de beneficios" del Tratado se utiliza para apoyar a los agricultores y mejoradores genéticos en 21 países en desarrollo para adaptar los cultivos clave a las nuevas condiciones creadas por el cambio climático, las inundaciones, las sequías, las plagas y enfermedades de las plantas y otros factores.
"Los efectos del cambio climático en la agricultura no respetan las fronteras nacionales, sino que abarcan zonas agroecológicas completas", señaló Shakeel Bhatti, actual Secretario del Tratado Internacional: "Por esta razón -añadió-, esta carpeta de proyectos está adquiriendo un enfoque pionero en generar una base mundial de conocimientos. Algunos de estos proyectos nos ayudarán a establecer prioridades claras y planes de acción transfronterizos para actuaciones futuras.
El "parque de la papa" en Perú
Uno de estos proyectos se centra en un santuario de la papa en Perú, en donde los miembros de la comunidad combinan los conocimientos tradicionales con los esfuerzos para conservar las variedades nativas, mejorar la producción agrícola y garantizar la seguridad alimentaria.
"Cuando era niña, se cultivaban las papas nativas en las tierras más bajas. Hoy esas zonas son mucho más cálidas que antes y ya no es posible cultivar papas. Por lo tanto nos vemos obligados a plantarlas en zonas más elevadas en las montañas", explicó Francisca Pacco, una de las guardianas del "Parque de la papa".
En el curso de una reciente sesión de intercambio de conocimientos con un grupo de visitantes de Etiopía, Francisca y otras personas que viven en el Parque enseñaron como utilizan los conocimientos locales sobre las pautas del viento, plantas nativas y otros factores para decidir el emplazamiento y el momento para el cultivo de papas locales. Con apoyo del Fondo para la distribución de beneficios, los campesinos del parque han incrementado igualmente las actividades generadoras de ingresos.
Reconocer el trabajo de los campesinos:"Los campesinos son los actores clave en la conservación y uso sostenible de los cultivos alimentarios y luchan frente a todos los cambios que están sucediendo. Si trabajamos duro con una sólida base científica y la integración de los agricultores, veremos los resultados en un par de años, cuando los proyectos hayan terminado", señaló Zoila Fundora, una experta basada en Cuba del grupo que evaluó los nuevos proyectos aprobados.
"El fondo ayuda a los campesinos, de forma muy practica, a adaptarse al cambio climático y contribuye a la seguridad alimentaria al reconocer que una parte de la solución se encuentra en la enorme diversidad de cultivos", indicó David Cunningham, experto australiano integrante del grupo.
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