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- Categoría: AGRARIAS
Roma/Kigali - El rápido crecimiento demográfico y la degradación de los recursos naturales en la cuenca del Nilo conllevan el riesgo de hambre y pobreza en la región y requieren una mejor planificación del desarrollo y una mayor visión de futuro para evitar que esto suceda, advirtió hoy la FAO.
La advertencia coincidió con la presentación por el organismo de la ONU a los gobiernos de la región de los resultados de un proyecto de diez años, financiado por el gobierno de Italia, que tiene como objetivo aportar información vital y herramientas de planificación a los responsables de desarrollo y a los gestores de recursos naturales para que puedan comenzar a invertir la situación.
El proyecto de la FAO "Productos de información para la gestión de recursos hídricos de la cuenca del Nilo" ha introducido sistemas modernos de control e información hidrológica en la cuenca del Nilo, ha ayudado a las autoridades gubernamentales a armonizar la recopilación de datos, y ha generado una serie de estudios exhaustivos del uso del agua y la producción agrícola.
"Hasta ahora, apenas se ha realizado un estudio sistémico del uso - o posible utilización - de las aguas del Nilo para producir alimentos y han faltado piezas clave de información que permitirían lo que llamamos ‘contabilidad hídrica fiable'", afirmó Pasquale Steduto, jefe de la Unidad de Gestión del Agua de la FAO.
"Los datos que este proyecto ha reunido y los productos de información que ha generado llenarán estos vacíos y permitirán que los gobiernos de la región aprovechen al máximo los recursos del Nilo", añadió Steduto.
Once países: Está previsto que la población de la cuenca del Nilo -actualmente unos 200 millones de personas- aumente entre un 61 y un 82 por ciento para 2030, según un informe de la FAO sobre el proyecto presentado hoy en una reunión intergubernamental en Kigali.
Al mismo tiempo, "la degradación medioambiental, la sequía, la debilidad institucional, la escasa capacidad financiera, la inadecuada infraestructura y la inestabilidad social se unen para perpetuar la pobreza en la región", señala el informe. Algunos de los once países que comparten el Nilo - Burundi, R. D. del Congo, Egipto, Eritrea, Etiopía, Kenya, Ruanda, Sudán del Sur, Sudán, Tanzania y Uganda - figuran entre los más pobres del mundo.
Y aunque las aguas del Nilo tienen un gran potencial como palanca de desarrollo social y económico, las elevadas tasas de crecimiento demográfico y la creciente presión sobre los recursos terrestres e hídricos "reducen la oportunidad de invertir las tendencias negativas en la región", según el estudio de la FAO.
Para reducir la presión sobre el Nilo será preciso aumentar la eficiencia y productividad del uso del agua a lo largo de toda la cadena de producción alimentaria, desde la explotación agrícola hasta la mesa, desarrollando sistemas de cultivo que sean más resistentes al cambio climático y fomentando el comercio de productos agrícolas entre los países que comparten la cuenca, dijo Steduto.
Conocimiento y herramientas: La agricultura utiliza ya más del 80 por ciento de los recursos hídricos renovables en la cuenca del Nilo, según demuestra el trabajo de la FAO, y la posibilidad de aumentar el suministro de agua -por ejemplo mediante el drenaje de los humedales o reduciendo la evaporación-, es muy limitada.
"La distribución del agua del Nilo se ha convertido por tanto en un juego en el que las ganancias de unos se equilibran con las pérdidas de otros", afirmó Steduto, explicando las bases del proyecto FAO-Italia. "Es por ello -añadió- por lo que se hace muy, muy importante que las autoridades responsables del agua dispongan de información detallada para una buena contabilidad hídrica, y de herramientas de planificación que les permitan sopesar los costes y beneficios de sus políticas y sus decisiones sobre la gestión de recursos".
El proyecto de "Productos de información para la gestión de recursos hídricos de la cuenca del Nilo" ha consolidado la información espacial sobre el agua y la agricultura en la región; una previsión de necesidades alimentarias futuras de la región; un estudio de los tipos de sistemas de cultivo que se utilizan a lo largo del Nilo y; un análisis de posibles escenarios futuros para la gestión del agua y el desarrollo agrícola.
Además, se han desarrollado y distribuido 18 manuales técnicos sobre técnicas y tecnologías de medición de agua. Cientos de empleados de organismos agrícolas y de gestión del agua han recibido formación, que incluye habilidades para la negociación.
Se ha logrado una gran cantidad de datos del Sistema de información geográfica (SIG) sobre agua, tierra y agricultura. Contar con mejores datos ha posibilitado la creación de la herramienta de apoyo de decisiones sobre el Nilo (Nile-DTS, por sus siglas en inglés), un software que modela todo el sistema del Nilo y permite a los planificadores evaluar las ventajas, inconvenientes y consecuencias de los diferentes escenarios posibles de desarrollo.
Al mismo tiempo, según Steduto, el proyecto ha fortalecido una visión compartida de la gestión de los recursos naturales y el desarrollo sostenible entre los gobiernos de la cuenca del Nilo. "Sólo mediante el esfuerzo conjunto de los países ribereños se podrá diseñar y construir un futuro sostenible", indicó el experto de la FAO.
El proyecto en la cuenca del Nilo, de 5 millones de dólares EEUU, fue financiado por el gobierno de Italia. Es el último de los tres proyectos que ha financiado en la región, con una inversión total de 16 millones de dólares.
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