- Hipólito Contreras
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Hipólito Contreras
Los sociólogos, psicólogos, maestros, políticos, economistas y otros estudiosos podrán explicarlo mejor. Vivimos hoy una fuerte crisis en absolutamente todo, no existe sector que no se encuentre en esa situación.
De acuerdo al diccionario la palabra crisis significa: Cambio en el curso de un proceso patológico que se presenta de modo rápido e independiente del sentido favorable o desfavorable del mismo. Cambio notable en el curso de un asunto, hecho, etc. Estado delicado y conflictivo en el desarrollo de una cuestión. Carestía, penuria. Criterio acerca de una cosa, decaimiento y atonía de las magnitudes. Etapa de transición en un ministerio al presentar la dimisión sus titulares.
En la actualidad no se trata de sólo una crisis económica que está dañando a muchos millones de mexicanos, sino de una crisis general que abarca absolutamente todo, y cuando esto ocurre, un Estado, un gobierno, un sistema, está en serio riesgo de desaparecer.
Si hablamos de crisis económica es falso que sólo la enfrentemos los cincuenta, sesenta o setenta millones de mexicanos, cuyos ingresos no nos alcanzan para cubrir las necesidades básicas, también la enfrentan los ricos, la otra clase social a la que le sobra el dinero, ellos en el lado opuesto están inseguros, se sienten inseguros, no pueden pasearse por el país tranquilamente, su dinero en los bancos no está seguro, sus cuantiosos bienes no están seguros, una sola llamada telefónica los pone en alerta, el temor a ser secuestrados es latente.
Los ricos se encierran cada vez más, cierran calles, se encierran con siete llaves, algunos tienen autos blindados y portan armas, tienen miedo, viven en zozobra, en incertidumbre, el dinero no les ha dado felicidad. En el norte del país en donde la situación es crítica, los ricos están abandonando sus casas y bienes, los están rematando.
Pero no sólo vivimos en crisis económica, vivimos en crisis de valores, en crisis ecológica, en crisis alimentaria, en crisis climática, en crisis educativa, en crisis de gobierno, en crisis de liderazgo, en crisis de salud, en crisis de todo.
Decía el rector de la BUAP, Enrique Agüera Ibáñez, durante la inauguración de la reunión de organizaciones políticas nacionales, que vivimos en una serie de crisis que ha generado un modelo de gobierno que ha dejado de operar y que es ya obsoleto.
Vivimos también una crisis de resultados, afirmó el rector, la respuestas no llegan, primero porque no hay confianza, respuestas que no llegan a la gente no sirven, es dinero tirado a la basura.
Nunca como hoy, expuso el rector de la BUAP, se había observado tanta desesperación en los jóvenes, si la mayoría no puede ingresar a una universidad, cuando se buscan en la lista y no aparecen hay frustración, desesperanza, dolor, angustia, todos los sentimientos que no deben de predominar en un ser humano, no se vale y, todavía hay amenazas de recortes en las universidades.
¿ De qué crisis hablamos? De la que quieran, la ecológica o ambiental por ejemplo, ahí está el cambio climático y los efectos en la agricultura, en la salud y en la economía de la gente.
Esto lleva a la crisis alimentaria, a la disminución de la producción, al alza de precios y el crecimiento de las importaciones de alimentos.
Crisis se salud. Contraproducente, cuando la ciencia avanza a pasos acelerados, con medicamentos más potentes, cuando la investigación se desarrolla, la gente se muere más y las enfermedades crecen por una serie de factores como es el consumo de alimentos con aditamentos químicos, dañinos a la salud, además, de los productos chatarra que deterioran aún más la salud.
Crisis laboral. No existen empleos suficientes, la demanda supera en mucho la oferta, en el país se deben de crear 1.2 millones de empleo por año, pero sólo se crean 200 mil y mal pagados, esto lleva a la fuga de mano de obra joven, el crecimiento de la economía informal, y la delincuencia.
Crisis educativa. El gobierno construye escuelas, destina un alto presupuesto a la educación, sin embargo, cientos de miles de jóvenes no tienen acceso a la universidad pública, pero no sólo eso, la educación que se brinda no está dirigida en formar seres humanos con una mente positiva, sino robots para servir intereses de grupos, la educación como lucro, no como medio de trasformación y desarrollo.
Crisis del campo. El Estado no tiene al campo nacional como un sector estratégico por ser el productor de alimentos y por ser el centro de la biodiversidad, le retira apoyos e instituciones, le hace la vida imposible con el alza constante de insumos. Esta situación lleva al aumento de emigración y con ello la reducción de la producción.
Crisis de seguridad. Hoy todo mundo cuida sus cosas porque teme perderlas, todos los padres de familia tienen temor de que algo malo les suceda a sus hijos, la televisión todos los días muestra hechos de violencia.
Crisis de credibilidad. Ya nadie cree en las instituciones, ni en las autoridades, ni en los líderes, ni en los políticos, ni en nada, no creen en la ley porque quienes la imparten no son dignos de confianza.
Nunca como hoy el país ha estado dominado por tantas crisis, nunca como hoy se veía tantos desaciertos de quienes gobiernan, nunca como se había visto un modelo de gobierno tan obsoleto y ineficiente.
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