F-A-ORoma.- Con el crecimiento constante de la población urbana mundial, cada vez es más apremiante la necesidad de utilizar enfoques nuevos e innovadores para asegurar un suministro de agua limpia y adecuada para la población urbana de los países en desarrollo, informó hoy la FAO.

"En los próximos 20 años el 60% de la población vivirá en las ciudades, y la mayor expansión urbana se producirá en el mundo en desarrollo. Asegurar el acceso a alimentos nutritivos y asequibles para la población más pobre de las ciudades se está convirtiéndo en un auténtico desafío", indica Alexander Mueller, Subdirector General de Recursos Naturales de la FAO.

El crecimiento demográfico urbano exige un suministro mayor de agua para beber, lavar y cocinar. A su vez, la demanda de más alimentos representa una necesidad mayor de agua para ampliar los mercados, la agroindustria y las actividades de elaboración de alimentos. Y el crecimiento de la agricultura urbana y periurbana también significa una demanda más grande de agua para irrigación.

Estas presiones en conjunto sobre el suministro urbano de agua exigen alternativas no convencionales para dar a las ciudades mayor resiliencia, dijo Mueller.

Por ejemplo, el acopio de agua de lluvia en las ciudades tiene un gran potencial para la agricultura urbana, pero todavía está relativamente desaprovechado.

Mientras tanto, unas buenas prácticas agrícolas y forestales pueden contribuir a una gestión efectiva de las cuencas hidrográficas, y proteger de esta manera la captación de agua, reducir la escorrentía y las inundaciones en las ciudades, cosa cada vez más importante conforme el cambio climático incrementa la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos.

Reutilización del agua para combatir el hambre urbana

La población urbana, que tiene que comprar sus alimentos en vez de cultivarlos, es particularmente vulnerable a los aumentos de los precios de los alimentos básicos, especialmente en los países en desarrollo.

Muchos pobladores de bajos ingresos de las ciudades recurren desde hace mucho tiempo a la explotación de huertos domésticos o a cooperativas avícolas para complementar sus ingresos y alimentar a sus familias.

Hoy en día, en época de precios inestables de los alimentos, se ha regresado a estas prácticas tradicionales de producir alimentos en los entornos urbanos.

Una interrogante importante, señala la FAO, es cómo incrementar en forma sostenible y sana la agricultura urbana y periurbana y hacer que contribuya más a la satisfacción de las necesidades de la población de las ciudades, a la vez que se afrontan los cuellos de botella relacionados con los recursos.

La escasez de agua para riego en las ciudades y sus alrededores, aunada a un interés mayor en la agricultura urbana, han puesto de relieve el potencial de la reutilización del agua en los entornos urbanos.

"Ahora mismo la agricultura y las ciudades compiten por el agua. Éstas la utilizan y la emiten de nuevo, contaminando el medio ambiente. Sería mucho más sensato si un volumen mayor del agua utilizada en las ciudades se limpiase y se volviera a utilizar en la agricultura", señala Javier Mateo-Sagasta, Profesional Asociado de la FAO y especialista en calidad de agua.

De esta manera se reduciría la escasez de agua y se liberaría un mayor volumen de este valioso recurso para los productores urbanos y periurbanos de alimentos, que no sólo gastarían menos en la compra de agua sino también de fertilizantes, ya que las aguas residuales tratadas tienen un gran contenido de nutrientes.

La FAO está estudiando con sus países miembros opciones de reutilización de aguas, asegurando que estas aguas se traten y administren con gran cuidado para utilizarse en forma segura e higiénica para producir cultivos.

En países con gran escasez de agua algunas ciudades ya están haciendo esta transición.

En Túnez, donde hay una infraestructura de tratamiento de aguas bien establecida, del 30% al 43% de las aguas residuales purificadas se destinan al riego agrícola y de paisajes.

Los agricultores del valle de Tula, río abajo de la Ciudad de México, riegan 90 000 hectáreas agrícolas con 1 500 millones de metros cúbicos al año de aguas residuales municipales sin tratar. Si bien se produce cierta purificación natural de estas aguas residuales a lo largo del transporte, está previsto construir seis instalaciones de tratamiento para hacer frente a las cuestiones de higiene de los alimentos.

En el Senegal la FAO trabaja con la organización de sanidad urbana de Dakar en un proyecto que suministrará agua de dos centros de tratamiento a los distritos de irrigación urbana, para que la utilicen los agricultores locales, que están recibiendo capacitación en mejores prácticas a fin de asegurar la higiene de sus productos.

Los beneficios de la agricultura doméstica: La agricultura urbana incrementa la disponibilidad de alimentos sanos y asequibles, por lo general fruta y hortalizas frescas, huevos y productos lácteos, para otros consumidores, ya que los excedentes de la producción se venden a los vecinos.

El programa de la FAO "Crear ciudades más verdes" apoya la agricultura urbana y periurbana para asegurar una mayor seguridad alimentaria a las familias de las ciudades, y ofrecerles una alimentación más diversa.