Planta del milenio resolverá problemas socioeconómicos

México, D.F. Con el objetivo de acceder a beneficios económicos y tecnológicos a nivel internacional, la Cámara de Diputados federal aprobó encausar el dictamen del diputado priísta Alberto Jiménez Merino, para que México se incorpore como miembro de la Red Internacional del Bambú y del Ratán (INBAR).

De esta manera nuestro país podrá impulsar el cultivo del bambú como opción de desarrollo económico a nivel internacional, y ambiental a través del INBAR, organización intergubernamental creada por tratado depositado en las Naciones Unidas, sólo los estados soberanos pueden ser miembros, indicó.

 


“Su fin es mejorar las condiciones sociales y económicas de los productores de esas especies, así como potencializar sus beneficios ambientales”.

En esta propuesta el legislador poblano mencionó que México se incorporaría al INBAR como el miembro número 36 para aprovechar los beneficios científicos, tecnológicos y económicos, dentro de los cuales encontramos el acceso a créditos blandos del Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo.

La propuesta del también coordinador de la fracción Cenecista de San Lázaro fue aprobada en comisiones, hace un llamado a “las Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; y a la Secretaría de Economía, para que en el ámbito de sus atribuciones, estudien la viabilidad de que México se incorpore al Acuerdo de Creación, como miembro, de la Red Internacional del Bambú y del Ratán, con el objetivo de poder contar con la asesoría, capacitación, asistencia técnica, intercambio tecnológico, información y recursos de dicho organismo internacional”.

Dentro de las cualidades de esta planta del milenio, señaló el legislador poblano es demostrar los beneficios económicos y ambientales que tiene bambú y el ratán, ya que destaca por su rápido crecimiento y desarrollo, madura en sólo 4 años desde su plantación a cosecha; su hábito de crecimiento permite retener el suelo y el agua; su resistencia y estructura permite incorporarse a la construcción de viviendas, puentes, edificios; captura hasta 30 toneladas de CO2 por hectárea por año, cuatro veces más que las plantas más eficientes; ayuda a la reducción de emisión de gases efecto invernadero; y, es utilizado en la elaboración de muebles, artesanías, papel, alimento, textiles y carbón, entre otros.

“Es momento de aprovechar la planta del milenio para resolver los problemas socioeconómicos especialmente en pobreza, deterioro ambiental, cambio climático e impulsar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas” concluyó.